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Bob y la tarta de frutas 'rasta'

Dos locales madrileños coinciden en celebrar fiestas de 'reggae'

Joseba Elola

Madrid estará esta noche un poco más cerca de Jamaica. Para sentir la proximidad habrá que elegir entre dos citas nocturnas. Y dar unas caladas a un petardito de marihuana para el viaje: el auténtico rasta vive pegado al canuto que purifica su alma. La fiesta que ofrece Rastatoo tiene sorpresa: una tarta gigante de frutas rastas en la que el kiwi, la fresa y la piña pondrán los colores de la bandera jamaicana. A Siroco acudirán los que quieran conocer algo más de la vida de Bob Marley, del que se presenta una biografía, con reggae en directo como música de fondo a cargo de dos grupos españoles: Desakato Dadá y The Naturals.Hay escasez de garitos de reggae. La gente se quedó en Bob Marley y no sabe qué fue del ritmo rastafari, excepción hecha de algún que otro éxito veraniego tipo Sweat (la de "ah la la la", del grupo Inner Circle). Y sin embargo, esta noche, dos fiestas se adornan con los colores de la bandera jamaicana.

Rastatoo sigue siendo la eterna promesa. Destinada a convertirse en corazón del reggae, se ha coronado como "la sala más inspeccionada de la capital", según dice Julio Velasco, uno de sus propietarios. Rastatoo nació con vocación de convertirse en la sala de conciertos de reggae de Madrid: programación con grupos españoles, formaciones rastas de Londres (la capital europea del reggae) e incluso de bandas jamaicanas. Pero el contencioso que arrastra Rastatoo con la comunidad de vecinos de dos bloques de la calle de Lagasca ha echado todo por tierra. "Nos han hecho más de 40 inspecciones, algunas de ellas secretas", dice Velasco.

En el día de su primer aniversario, el Rastatoo sólo puede ofrecer vídeos de conciertos de reggae en una pantalla gigante instalada en el escenario que estaba destinado para las pretendidas actuaciones.

La aventura rasta, de Julio Velasco comenzó en el año 1987, tras su primer viaje a Jamaica. Instaló un chiringuito en la playa de Mazarrón (Murcia) y a los dos años lo trasladó a Madrid. El Big Bamboo se hizo famoso gracias al upside down Margarita, un brebaje de Miami. El cliente apoya su cabeza en la barra y abre la boca. El camarero vierte zumo de limón concentrado, licor, tequila y sal. Agita la cabeza del cliente, empujón para que entre hasta dentro y a funcionar.

En el Ratatoo también se ofrece todo tipo de brebajes jamaicanos. La mayoría se deriva el ron de caña criado en barriles de roble americano. La combinación del ron con frutas tropicales es con la que se preparan los cócteles más explosivos de este local. El conjuro afrodisiaco, por ejemplo, ayuda a elevar la temperatura del local.

Velasco lamenta que su local se hiciera famoso por esto, y no por la música. Porque Velasco es un amante del reggae y contagia su entusiasmo. Los inmigrantes africanos que acuden a sus locales (el Big Bamboo y el Rastatoo) dicen que es un blanco con alma de negro y le llaman El Rasta Blanco. Una experiencia infantil le condenó a convertirse en un auténtico rastafariTenía tres años cuando vio por primera a un niño negro. Extrañado le preguntó a su madre a qué se debía lo oscuro de la piel de aquel niño. La madre, que no sabía qué responder, le dijo que estaba quemado. Al pequeño Velasco le dio tanta pena que enseguida se hizo su amigo. A partir de ese día, se iban a jugar juntos al parque. Ahí nació su fascinación por la música negra.

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Tiene tres proyectos con sabor a reggae en la mano: grabar un disco de recopilación "auténtico", crear una emisora de reggae y organizar un maratón diurno de reggae al aire libre en Móstoles para este verano.

El mito

Siroco se acordará de Bob Marley por una noche. Carlos Monty, periodista valenciano, ha escrito una biografía sobre el mito rastafari y la presenta esta noche escudado por dos bandas de reggae: una valenciana, The Naturals (que cuenta con el cantante de Jali Macetas), y otra afincada en Madrid, Desakato Dadá. Monty ha viajado en diversas ocasiones a Jamaica y cuenta en su libro la historia del primer líder del Tercer Mundo aceptado por el mundo occidental. También relata la esencia de la filosofía rastafari en Positive vibrations, título que recibe la biografía. El periodista valenciano también hará las veces de pincha durante una fiesta con sabor a ron y frutas tropicales.

Fiesta primer aniversario del Rastatoo. A partir de las 22.00, en Rastatoo (Lagasca, 120). Entrada libre. Fiesta de presentación del libro Positive vibrations. A partir de las 21.30 en Siroco (San Dimas, 3). Entrada con invitación.

La ruta del 'rastafari'

"Es curioso ver cómo hay tan pocos sitios de reggae cuando hay mucha gente a la que le gusta" dice Javier Novacs. El responsable de la programación musical de la sala Siroco se sorprende con la abundancia Me música caribeña y la escasez de reggae ".

La ruta del reggae tiene pocas paradas. El Big-Bamboo, en la calle del Barquillo 42, es, sin duda, la primera. En este local se programaban actuaciones hasta las pasadas Navidades: las prohibieron porque no había camerino.

Kik's Mode, en Manuela Malasaña, 20, es otro local en el que de cuando en cuando se puede ver a bandas como Afrobrass homenajeando a los rastas. Este local nació hace ocho años y es punto de reunión para los inmigrantes amantes de la música reggae.

Kaya, en Raimundo Fernández Villaverde, es el garito más reciente. En la puerta, junto al nombre del local, se puede leer la frase "Positive vibrations", la que da título a la biografía de Bob Marley.

Bob Marley ocupa el lugar de la Cibeles y dos leones portan banderas jamaicanas: es el anagrama del Rastatoo, el local de reggae por excelencia.

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Sobre la firma

Joseba Elola
Es el responsable del suplemento 'Ideas', espacio de pensamiento, análisis y debate de EL PAÍS, desde 2018. Anteriormente, de 2015 a 2018, se centró, como redactor, en publicar historias sobre el impacto de las nuevas tecnologías en la sociedad, así como entrevistas y reportajes relacionados con temas culturales para 'Ideas' y 'El País Semanal'.

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