El BBV sigue en tensión a la espera de que su cúpula decida si impugna la venta de Banesto
La comisión ejecutiva del BBV se reunió ayer urgentemente por la tarde para discutir si impugnaba la adjudicación de Banesto al Banco Santander. La discusión continuará. hoy con la misma intensidad. La impugnación se basaría en la falta de una firma del presidente de esta entidad, Emilio Botín, en la oferta de compra cuando había concluido el plazo legal, por lo que pediría que ésta se declarase nula. De esa forma, el BBV sería el ganador, por ser la segunda oferta. El Banco de España considera que "no hay motivos de fondo para la impugnación". La propuesta de Botín a Víctor Menéndez, director general del BBV, para incorporarse a Banesto como consejero-delegado aumenta las tensiones.
El BBV encargó con toda urgencia la tarde del martes dictámenes a varios despachos de abogados para que informasen de las posibilidades de éxito que tendría la presentación de la impugnación. Esos dictámenes eran minuciosamente analizados en la tarde de ayer por los miembros de la comisión ejecutiva. Fuentes de la entidad reconocían que los ánimos estaban crispados y que "únicamente la perturbación que provocaría en el sistema financiero español" podría frenar a los responsables del banco.La reunión, que duró cuatro horas, terminó sin alcanzarse una conclusión. Las fuentes consultadas aseguraron que los miembros de la comisión estarán en contacto permanente hasta que se adopte una decisión. La ejecutiva (comisión delegada permanente) está formada por el presidnete, vicepresidente, los consejeros directores generales y varios consejeros. Entre los directores se encuentra Juan Antonio Sáenz de Azcúnaga, uno de los directivos que estuvo en cimisión de servicios en Banesto cedido por el BBV. Si, finalmente, no impugnan la subasta, el BBV adoptaría una postura que deje a salvo su situación.
Toda parte del error cometido por Emilio Botín de no firmar la última página de las 52 de que se componía la oferta presentada por su banco, que ahora puede acarrear un proceso legal de dimensiones impredecibles. Según juristas consultados, la impugnación es posible "ya que el plazo legal acababa a las cinco de la tarde del día 25 y Botín formalizó totalmente su oferta pasada esa hora, justo cuando firmó el folio que le quedaba". "Es decir", continúa esa fuente, "se hizo fuera de plazo y, por tanto, se debería considerarse nula". José María Cuevas, presidente de la patronal, calificó ayer la venta de "ejemplar, eficaz y de enorme transparencia".
Rojo lo consensuó
Se da la circunstancia de que el gobernador del Banco de España, Luis Ángel Rojo, anunció el incidente de la firma a los tres bancos y dijo a los representantes del BBV y Argentaria que tenían posibilidad de recurrir, tal como declaró el propio gobernador tras producirse la subasta. Rojo logró el consenso y Botín firmó sin oposición.
Fue al día siguiente, el martes, cuando saltó la chispa. El BBV, cuyo presidente estaba enojado por el anuncio hecho por Botín de que Alfredo Sáenz y todo el equipo cedido por el BBV seguiría en Banesto, puso la maquinaria jurídica en marcha para estudiar la impugnación. En la comparecencia del martes en el Congreso de los Diputados, Rojo dijo que se le había caído el mundo encima cuando vio que faltaba la firma. Rojo se encontraría ante la obligación de intermediar para calmar las aguas y evitar la impugnación que él mismo reconoció como posible.
Si la impugnación acaba presentándose es presumible que el Santander la recurra. Fuentes del banco manifestaron ayer que no había comentarios al respecto. Su presidente subrayó el martes, que el defecto formal de la firma fue un problema que quedó resuelto posteriormente ante notario y que no había razón de fondo para una impugnación.
Mientras el BBV se decide, el Santander, que se ha convertido en su competidor más directo, sigue minando su paciencia. Ayer, el grupo que preside Botín propuso a Víctor Menéndez, director general del BBV, para número dos de Alfredo Sáenz como consejero-delegado de Banesto. El nombramiento de Menéndez se confirmó a última hora por fuentes de los dos bancos. Es muy posible que a Ménendez le sigan en torno a cinco de los ejecutivos que, como él y Sáenz, estuvieron cedidos por el BBV para reflotar Banesto. Uno de ellos es Juan Carlos Rodríguez Cantarero, que permanece en Banesto como secretario del consejo. La oferta de Botín a este grupo de ejecutivos fue el detonante de la reacción del BBV.
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