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LA COMPRA DE BANESTO.

Miguel Ángel Noceda

El día después de la adquisición de Banesto por parte del Santander fue el día del pulso entre el presidente del BBV, Emilio Ybarra, y el de la entidad cántabra, Emilio Botín. Los directivos que cedió Ybarra para reflotar la entidad intervenida son el centro de la discordia. Mientras la tensión aumentaba de grados entre los dos Emilios, ayudada por el incidente de la firma olvidada de Botín, el gobernador del Banco de España manifestaba su sorpresa por el alto precio alcanzado en la subasta de Banesto. Rojo aclaró, además, que el coste público de la crisis de Banesto ascenderá a 96.200 millones de pesetas. El Santander descendió un 7% en Bolsa, y Banesto subió un 15%.

Emilio Ybarra se enfrenta con Emilio Botín por quererle quitar los directivos que cedió a Banesto

Una bomba. La oferta hecha por Emilio Botín a Alfredo Sáenz para que permanezca al frente de Banesto con todo el equipo que ha presidido durante los últimos meses cayó como una bomba en la sede del BBV la noche del lunes. El presidente del BBV, Emilio Ybarra, que estaba reunido con su equipo ejecutivo digiriendo la derrota en la subasta, no pudo admitir que el Santander quiera hacer el reflotamiento de Banesto con los directivos que su banco ha cedido y, mucho menos, que hiciera la oferta sin habérselo consultado previamente.Además, Ybarra; que ayer reunió a 250 directivos en Madrid, encargó a sus abogados que analizaran la posible impugnación de la operación por no haber firmado Botín uno de los folios. Luis Ángel Rojo reconoció que cabía la posibilidad de impugnación, aunque descartó la intencionalidad. Rojo se refirió al enfrentamiento: "Espero que la permanencia de Sáenz en Banesto no provoque grandes desmembramientos ni problemas con el equipo del BBV".

El Banco Santander, en el comunicado que. difundió tras anunciarse que había sido el adjudicatario, subrayaba que respaldaba "a Alfredo Sáenz y su equipo, que permanecerá al frente de Banesto y en cuya gestión confía plenamente". El texto llegó inmediatamente a manos de Ybarra. Fue tal su reacción que ordenó que no se distribuyera el comunicado del BBV en el que felicitaba "sinceramente" al Santander como ganador de la subasta y hacía votos por "el éxito de su gestión".

La posibilidad de que personas que conocen las tripas del BBV se pasen al grupo Santander, que desde ahora es su principal competidor, no es un plato de buen gusto para Ybarra. Por ello, ayer exigió a los 15 directivos que se fueron con Sáenz en comisión de servicios y que han vuelto al BBV -Juan Carlos Rodríguez Cantarero permanece en Banesto como secretario del consejo- que decidiesen entre el BBV o el Banesto. Los implicados emitieron un comunicado interno en el que aseguran que es falso, "en lo que se refiere a ellos" que hayan dicho que se van a Banesto. "Se han manipulado nuestros destinos profesionales", dicen, "nuestro principios éticos no nos hubiera permitido negociar con un hipotético adquiriente". No se descarta, sin embargo, que alguno de esos directivos se vaya con Sáenz. El caramelo que les ha puesto en la boca Botín -el 1% de Banesto para todo el equipo gestor- es muy apetitoso.

Ayer las aguas estaban todavía más revueltas. Emilio Botín acudió a la conferencia de prensa en compañía de Alfredo Sáenz, al que le cedió la palabra en primer lugar y le invitó a contestar a varias de las preguntas. El compromiso de Sáenz con Botín quedaba definitivamente sellado y no hacía falta que el presidente del Santander manifestara posteriormente que Sáenz "está en Banesto con carácter permanente".

Botín reconoció en dicha conferencia de prensa que no le había comunicado a Ybarra la oferta hecha a Sáenz. "No he hablado con Emilio Ybarra, sólo he hablado con Alfredo Sáenz", dijo el presidente del Santander. Sáenz había visitado por la mañana la sede del BBV. Botín añadió que había dicho a Sáenz la semana pasada que si ganaba el Santander "se podía considerar en la presidencia de Banesto".

Para Botín la permanencia del equipo del BBV significaría no tener que trasladar muchos efectivos de su banco a Banesto, al margen de contar con personas que se conocen las profundidades de esta entidad.

La firma número 52

Algo. que parecía una anécdota, el olvido de Botín a la hora de firmar la oferta del precio en la subasta de Banesto -la firma que hacía el número 52-, fue el detonante de una discusión en la comparecencia en el Congreso del gobernador del Banco de España. El portavoz del PNV en la comisión Banesto, Jon Zabalía, dijo que "alguien puede pensar que no es una casualidad. Es difícil de entender que se le ha pasado firmar el documento más importante". En opinión de Zabalía, la oferta del Santander debería anularse, "porque lo lógico es que recurra el que ha hecho mal las cosas y no los que han cumplido". En una detallada exposición, Rojo había dejado claro que la decisión de llamar a Botín para ratificar la oferta fue adoptada por unanimidad entre los miembros de la comisión gestora del FGD y que "el presidente del Santander no tuvo información sobre las otras ofertas. Además, advertí a los otros presidentes de lo sucedido y que podían recurrir". De cualquier forma, reconoció que el incidente "fue un mazazo. Se me hundió el mundo".

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Sobre la firma

Miguel Ángel Noceda
Corresponsal económico de EL PAÍS, en el que cumple ya 32 años y fue redactor-jefe de Economía durante 13. Es autor de los libros Radiografía del Empresariado Español y La Economía de la Democracia, este junto a los exministros Solchaga, Solbes y De Guindos. Recibió el premio de Periodismo Económico de la Asociación de Periodistas Europeos.

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