Sin soberbia
El caché por separado de los integrantes de Mr. Big pesa mucho en el rock duro norteamericano. El cuarteto tomó carta de naturaleza en 1988 y entonces, en una época en la que surgían con facilidad los denominados supergrupos, hubo quien no apostó un duro. El choque de personalidades ha arruinado muchos proyectos de máxima ambición, pero en el caso que nos ocupa a la categoría individual se unió la compenetración profesional y personal.En su primera aparición madrileña, ya que no pudo ser en su no lejana apertura de Aerosmith el pasado otoño, Mr. Big demostró que la calidad individual puede plasmarse en un resultado colectivo sugerente, honesto, profesional y sin los alardes de exceso que caracterizaron en otro tiempo al rock duro. Hubo solos, claro, pero sin abusar de la paciencia de un público satisfecho que abarrotó la sala y disfrutó de la noche. Sin altivez y sí con mucha efectividad la banda resolvió el concierto con un resultado notable.
Mr
BigEric Martin (voz), Billy Sheehan (bajo), Paul Gilbert (guitarra), Pat Torpey (batería). Sala Canciller. 1.800 espectadores. Precio: 2.500 pesetas. Madrid, 21 de abril.
Mr. Big justificó su denominación con una versión del tema del mismo título que grabó el fenomenal grupo británico Free hace cerca de 25 años. Esta agrupación de estilistas no pretende arriesgar en su línea musical ni asombrar en el escenario, pero derrocha capacidad a raudales.
Babelia
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