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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Carta a Leguina

El día 22 de febrero, más de un centenar de personas, la mayoría de avanzada edad, fuimos a la Puerta, del Sol y, ante el portalón central de la Comunidad de Madrid -antigua Dirección General de Seguridad-, donde hoy están instalados tus despachos ! tratamos de ser recibidos por ti para insistir en unos problemas que de sobra conoces. Allí, soportando un frío febrerino, tuvimos que esperar una hora hasta que te dignaste recibir a una representación -sólo dos personas-, que te iban a exponer, una vez más, la crítica situación en que nos encontramos las 1.600 familias de Caño Roto, viendo cómo nuestras viviendas, ya en precario, caminan irreversiblemente, si no se remedia, a la ruina total.Durante más de una hora, nuestros representantes estuvieron de despacho en despacho, siendo remitidos de uno a otro negociado, de uno a otro responsable, verdaderos parapetos de un Leguina amurallado e inaccesible. Cuando bajaron a informarnos de lo que la entrevista había dado de sí, algunas personas lloraron de rabia e impotencia, y yo, personalmente, recordé que tu actitud era calcada de la que el 23 de diciembre había tenido con nosotros un político conservador y derechista que también se mofó de nuestro frío y de nuestras esperanzas: José María Álvarez del Manzano.

A mí me cuesta mucho trabajo entender que tú, estudioso de la historia, ensayista político y hombre de izquierdas preocupado por su clase, puedas poner la cabeza en la almohada cada noche y dormir como un bendito, vaciando tu mente de problemas como el que nos ocupa y que en tu mano pueda estar la solución. Yo desearía, compañero Joaquín, que recordaras lo que dijiste en tu visita, el año pasado, a Caño Roto: "...éste es un problema público y debe tener una solución pública... Si fuera necesario, yo encabezaría las siguientes manifestaciones". Eso dijiste. Por eso te pido con respeto, pero cumpliendo un deber, que pienses en estos obreros, viudas y jubilados, en los centenares de parados que en la mayoría de los casos recibió vuestro triunfo de 1982 con un hálito de esperanza.

En tu mano está, si quieres, encarar este problema y darle solución, pero no de espaldas a los vecinos ni a la asociación. Nosotros, los vecinos, somos los que sufrimos el problema; ellos, la asociación, son parte de nosotros mismos, nuestros representantes, a los que valoramos como se merecen por su desinteresada y abnegada labor cotidiana, su preocupación permanente y honrada. Por esa razón hemos delegado en ellos el problema.

Perdona, Joaquín, que haya prescindido del tratamiento a que por tu cargo tienes derecho, pero mis 70 años me dan derecho a tratarte, eso sí, con respeto, como un viejo lo hace con un joven. También me induce a ello mi trayectoria política, que, como socialista que eres, quizá sintonice con la tuya.

- En 1947 me detienen por organización clandestina. Salgo del penal de El Dueso en 1951. Cinco años preso.

- En 1953, preso gubernativo durante seis meses.

- En 1957 vuelvo a ser detenido por el mismo motivo y alcanzo la libertad seis años más tarde, y del penal de Burgos, donde conozco a Enrique Múgica Herzog. He cumplido más de 11 años.

Los calabozos de la Dirección General de Seguridad, hoy bajos del edificio de la Comunidad de Madrid, me son de sobra conocidos. Allí sufrí como tantos y tantos luchadores.

Esperando tu respuesta y tu ayuda, recibe un cordial apretón de mano de este viejo luchador.

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