Abre en París una gran exposición antológica sobre el impresionismo

Las salas del Grand Palais de Paris presentarán, a partir del próximo lunes, la exposición Impresionismo. Los orígenes. El Grand Palais y el Metropolitan Museum de Nueva York han coproducido esta muestra sobre el periodo que va de 1859 a 1869, antes de que el crítico Jules Castagnary pusiese de moda el término impresionismo.

Hasta ese momento nadie había hablado aún de la escuela del ojo o de la escuela del aire libre. Antes de que Duranty propusiese la expresión nouvelle pinture, antes de que los impresionistas fuesen impresionistas. En ese lapso de tiempo una serie de pintores apellidados Degas, Manet, Monet, Sisley, Pissarro, Renoir, Fantin-Latour y Bazille se empeñaron en modernizar y adecuar a su época una pintura enferma de academicismo. Primero merecieron el silencio, luego el anatema y, al fin, la consagración.

La exposición tiene entre sus objetivos el demostrar que los impresionistas cultivaron todos los géneros, desde la pintura de historia hasta las vanidades, pasando por el desnudo, el retrato, el paisaje o la crónica. Aportan la novedad de no precisar de un pretexto mitológico para mostrar a una cortesana desnuda -de ahí el escándalo de Olympia de Manet-, ni de gladiadores romanos cuando hay batallas entre acorazados que pintar. Son artistas que satisfacen la exigencia de Théophile Gautier de considerar que "el desnudo es para la pintura lo que el contrapunto para la música".

La gran exposición, con 180 cuadros, se organiza tanto cronológica como temáticamente, ya que las pinturas se agrupan alrededor de cuestiones como El Salón del 59, La pintura de historia, El paisaje realista, El desnudo o Figuras en el paisaje.