Yeltsin da largas a la asociación de Rusia con la OTAN a causa de los bombardeos

El presidente de Rusia, Borís Yeltsin, afirmó ayer que los bombardeos de la fuerza aérea de la OTAN en Bosnia corren el riesgo de aplazar indefinidamente la firma entre Moscú y la Alianza Atlántica del acuerdo de Asociación para la Paz. Advirtió, además, que el uso de la fuerza por parte de los occidentales puede, según él, "eternizar la guerra".En el último día de su visita a Madrid -hoy viaja a Barcelona-, el jefe de Estado ruso dio una breve rueda de prensa con el presidente del Gobierno español, Felipe González. El agravamiento de la situación en los Balcanes, que coincidió con su estancia, "no ha estropeado" su viaje a España, aseguró Yeltsin.

Rusia "no vincula directamente" lo sucedido en Bosnia, dijo el líder del Kremlin, con la Asociación para la Paz, pero tampoco tiene "prisa por firmarla". Responsables rusos habían anunciado públicamente que el titular de Exteriores, Andréi Kózirev, firmaría el 21 de este mes el programa de cooperación ofrecido por la OTAN a todos los ex miembros del Pacto de Varsovia y que varios Estados han suscrito ya. En Moscú, el presidente de la Duma (Cámara baja), Iván Ribkin, aseguró que las acciones de la OTAN "podrían crear un obstáculo para la adhesión de Rusia".

Hasta el momento, sin embargo, la Alianza Atlántica no ha recibido ninguna confirmación de la presencia de Kózirev en Bruselas y las palabras de Yeltsin fueron interpretadas por sus interlocutores como un aplazamiento de la conclusión del acuerdo. Además, en las conversaciones previas, Moscú no ha logrado que Washington y sus aliados se comprometan a consultarle antes de tomar cualquier decisión importante.

Esta negativa a incluir un mecanismo de consultas previas incitó, probablemente, a Yeltsin a describir el acuerdo ofrecido a Moscú como "pobre". "Tiene como telón de fondo la discriminación", añadió, porque no trata a Rusia en pie de igualdad. El presidente ruso lamentó de paso que tampoco su Gobierno haya alcanzado aún un acuerdo con la Unión Europea (UE) mientras Ucrania lo firmará el mes próximo.

Disconformidad y descontento

En términos parecidos a los empleados por su ministro Kózirev el lunes, Yeltsin recordó que había "expresado su disconformidad y descontento al señor Clinton y a los dirigentes de España" por los ataques aéreos contra posiciones serbias en torno a Gorazde. "El empleo de la fuerza no permitirá solucionar el problema", recalcó el huésped ruso. Al contrario, "eternizará la guerra". "Si hay un agravamiento de la situación la culpa recae sobre aquellos que tomaron la decisión de desencadenar los ataques aéreos".

"Ahora, lo más importante, es evitar que los serbios lleven a cabo una escalada bélica", prosiguió. Para conseguirlo, Rusia está dispuesta a seguir ejerciendo su. influencia moderadora. Yeltsin recordó que su emisario, Vitali Churkin, estaba en Belgrado junto al presidente de Serbia, Slobodan Milosevic. "Si la situación lo requiere, el ministro de Asuntos Exteriores podría ir allí el jueves".

Ucrania también lamentó ayer, a su vez, a través del portavoz de su Ministerio de Asuntos Exteriores, Yuri Sergueyev, los bombardeos de la OTAN contra las tropas serbias que cercan Gorazde. El portavoz consideró que se debían haber agotado previamente otras posibilidades al alcance de la UE y de Naciones Unidas.