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Yeltsin compara su papel en Rusia con el del Rey durante la transición democrática en España

El presidente de Rusia, Borís Yeltsin, ensalzó ayer la figura del rey de España, especialmente durante la transición democrática, y se comparó implícitamente con el monarcaespañol porque su país, recordó, avanza actualmente por el mismo camino que la España de los años setenta. Don Juan Carlos, a su vez, alabó la defensa que Yeltsin. hizo de la democracia -en una alusión a su actitud durante la intentona golpista de agosto de 1990-, pero también recordó que el proceso no estaba concluido. "Desde España", dijo, "les animamos y les apoyamos en su tarea de hacer de Rusia un gran país democrático".

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Yeltsin llegó a mediodía a Madrid, almorzó con los Reyes en el Palacio de la Zarzuela y recibió por la tarde en su residencia de El Pardo al presidente del Gobierno, Felipe González. Por la noche asistió a una cena de gala que ofreció en su honor don Juan Carlos en el Palacio de Oriente.El huésped ruso dedicó todo su discurso, al término de la cena, a hacer un paralelismo entre la historia de España y la de Rusia, desde la resistencia española a la invasión de Napoleón -que dio pie en 1812 a la firma del primer tratado entre Madrid y Moscú- hasta la larga etapa dictatorial que sufrieron ambos países. Llegó incluso a comparar a Cristóbal Colón, descubridor del Nuevo Mundo, con el cosmonauta ruso Yuri Gagarin que "abrió el camino hacia el mundo espacial".

"Considero a Su Majestad", había afirmado previamente Yeltsin, "corno un hombre de coraje que en momentos críticos aseguró la paz cívica y la transición democrática en España". "Justamente por este camino avanza actualmente Rusia". "Para nosotros es muy valiosa su experiencia singular que ha permitido convertir a España en un Estado de derecho (...)".

El presidente ruso pidió también en términos velados un papel especial para su país en el seno de la comunidad de Estados democráticos. "Queremos", dijo, "que este proceso corresponda en el mayor grado a nuestros intereses nacionales (...)". "¡Nuestro país es tan grande y singular!". "Esperamos que los líderes de Occidente tengan suficiente audacia política para tomar decisiones adecuadas".

"Saludamos", empezó don Juan Carlos su discurso al final de la cena, "a quien supo responder con decisión y voluntad política a la necesidad histórica de encabezar el esfuerzo colectivo de los demócratas rusos hacia la instauración del Estado de Derecho y la economía de mercado". El Rey destacó además en su alocución "la importante contribución de Rusia a los esfuerzos por alcanzar una solución al terrible conflicto de Bosnia".

Julio Anguita, el líder de Izquierda Unida, no comparte esta opinión sobre Yeltsin al que considera un "golpista". No asistirá, por tanto, a los actos protocolarios a los que ha sido invitado con motivo de la visita. Tampoco los representantes de IU estarán presentes hoy en el Ayuntamiento de Madrid durante la entrega al presidente ruso de la llave de oro de la ciudad.

Estos elogios reales agradaron especialmente a Yeltsin, en un día que para él estuvo repleto de problemas. Ningún líder occidental, ni siquiera el norteamericano Bill Clinton, le había consultado la víspera sobre el bombardeo por aviones de la OTAN de posiciones serbias en torno a Gorazde (Bosnia) y, además, unidades especiales de Ucrania habían tomado por asalto durante horas varios buques de la flota del mar Negro.

Yeltsin no se cansa de oír hablar de la transión española que el Rey describió en su alocución. Le interesan especialmente los pactos de La Moncloa de 1978, que ha comparado con su propuesta de Pacto para la Paz Civil. "Ellos creen", declaró González al término de su primera entrevista con el presidente ruso, "que hubo aquí un acuerdo histórico que les puede servir".

Mientras, Javier Solana, ministro de Asuntos Exteriores, sorprendió ayer a la prensa, anunciando en el aeropuerto de Madrid-Barajas, mientras esperaba a Yeltsin, que España estaba dispuesta a poner sobre el tapete otros 900 millones de dólares (unos 123.000 millones de pesetas) en ayuda a Rusia.

A finales de la semana pasada, fuentes gubernamentales habían indicado que no se proporcionarían más créditos a ese país hasta que no pague su deuda actual que, previsiblemente, ascenderá cuando acabe el presente año a 700 millones de dólares.

Sus colaboradores matizaron ulteriormente que la concesión de cualquier nuevo préstamo estaba supeditada a la devolución de los anteriores, de tiempos de Mijail Gorbachov. Si se cumple esta condición, el Gobierno español está dispuesto a suministrar cien millones de dólares en dinero fresco y otros cien para financiar proyectos concretos que puedan interesar a empresas españolas. El dinero reembolsado puede convertirse, además, en un nuevo crédito.

El botón nuclear y las limusinas Zil

Borís Yeltsin tenía el rostro sonrosado y aspecto de buena salud al llegar al palacio de El Pardo, en cuyo balcón ondeaba la bandera tricolor rusa. En el mismo sitio ondeo en octubre de 1990 la bandera roja soviética. Desde entonces han cambiado muchas cosas y la élite política del Kremlin no es la misma, pero mantiene costumbres del pasado en sus visitas al extranjero. Como la de llevar las limusinas negras Zil, el medio de transporte habitual de los miembros la máxima Jerarquia comunista.Uno de los Zil que han venido a Madrid, con matrícula 2866 MMA, contiene las comunicaciones que permiten a Yeltsin estar en permanente contacto con Moscú. Tres oficiales de marina de uniforme portaban ayer el juego de maletines con el, dispositivo del botón nuclear.

Como responsable personal de Yeltsin vino el jefe de la dirección de seguridad del presidente, Alexander Korzhakov, un hombre que en su día fue expulsado del KGB por simpatizar demasiado con Yeltsin. El general mayor Korzhakov, de 43 años, es considerado como una de las personas que más influencia tienen sobre el líder ruso.

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