Menem logra votos suficientes para poder ser reelegido como presidente de Argentina

El Frente Grande de Carlos Álvarez, una agrupación de izquierdas en alza, desbancó en Buenos Aires capital al oficial Partido Justicialista por más de diez puntos y arrolló con más del doble de los sufragios a la opositora Unión Cívica Radical (UCR) en las elecciones celebradas ayer en Argentina para elegir a los 305 miembros de la nueva Convención Nacional Constituyente. Esta instancia introducirá reformas sustanciales en la Constitución de 1853 pero su objetivo fundamental e inmediato es suprimir la cláusula que impide la reelección del presidente Carlos Menem en 1995. Álvarez, que empata con el radicalismo en la provincia de Buenos Aires, dijo que el apoyo recibido demuestra que la gente "está harta de los niveles de corrupción e impunidad en el Gobierno".

Fuentes oficiales destacaron que, como se esperaba, la victoria del peronismo a nivel nacional es holgada y por tanto se salva el Pacto de Olivos, documento que establece el contenido de los cambios. Las primeras proyecciones periodísticas, indican que votó entre el 60% y el 70% del electorado y el partido en el poder ganó la consulta con un 43% del total de los votos escrutados, seguido por la Unión Radical con aproximadamente un 22%; el Frente Grande se habría impuesto como tercera fuerza relegando al Movimiento por la Diginidad y la Democracia (MODIN) del ex militar golpista Aldo Rico, que consigue un 6%.

Revés radical

Los primeros datos confirman un serio revés del radicalismo, cuya sede era un velatorio, y se teme por Raúl Alfonsín, anterior presidente y hombre que comprometió su futuro y el del partido al suscribir con Menem el polémico pacto que parece haber sido rechazado por casi un 50% de los porteños. "¿Piensa dimitir?", se le preguntó, "no", respondió secamente, mientras Jesús Rodríguez, primer candidato radical en la capital pedía que "cada dirigente asuma su responsabilidad". Veteranos del partido encabezan una sublevación contra Alfonsín y se negaron a participar en los comicios argumentando que el Pacto de Olivos ha sido un suicidio político al despojar al radicalismo de su condición de oposición. El presidente Carlos Menen se había adelantado durante la emisión del voto pronosticando un "gran triunfo" del justicialismo. Su candidato en Buenos Aires, Carlos Corach, fue el gran derrotado. "A nivel nacional hemos logrado un enorme triunfo", insistió. Los sufragios obtenidos por el Partido Justicialista, peronista, y la UCR serán suficientes para lograr la mayoría de los escaños en la Convención y aprobar unas modificaciones que permitirán a Menem permanecer en el poder hasta los umbrales del año 2000. "No me preparé toda la vida para irme tan rápido", declaró en 1989, cuando aún le quedaban seis años de gobierno por delante. Según el Pacto de Olivos, que deberá ser votado en la Convención como paquete cerrado, el presidente de la nación podrá ser reelegido por un período más, su mandato pasa de seis años a cuatro, y no podrá gobernar por decretos de urgencia y necesidad a su arbitrio. También se nombrará un primer ministro.