Triay dirigirá el PSOE balear sin la participación de los críticos
El Partit Socialista de les Illes Balears, (PSIBPSOE) cerró ayer su congreso sin resolver su aguda división interna, sustanciada en las últimas semanas y confirmada tras la renuncia del anterior secretario general, Joan March. Los dirigentes del ala crítica se excluyeron de los órganos ejecutivos y de control, evitaron el pacto y también el enfrentamiento al renunciar a presentar su candidatura.
Con el 56% de apoyos (168 votos de los 302 delegados), el menorquín Francesc Triay fue elegido nuevo secretario general. Por su parte, la matemática catalana Teresa Riera es la nueva presidenta de los socialistas insulares.En la nueva dirección destaca la ausencia voluntaria del presidente del Congreso de los Diputados, Félix Pons, hasta la actualidad la figura más destacada del PSOE en Baleares, por disconformidad con la no integración de todos los sectores y la escasa renovación de caras y cargos. "No podía figurar sin poder ser presidente de todo el partido", expresó Pons, quien a continuación manifestó su lealtad a la organización.
En la nueva ejecutiva del PSIB-PSOE no figuran tampoco representantes de las islas de Menorca e Ibiza. La designación de los nuevos candidatos a las próximas elecciones es una. cuestión que queda pendiente y abierta. Los más destacados cabezas de lista de las últimas elecciones locales, autonómicas y generales están fuera de los nuevos órganos directivos. La mayoría de ellos asistieron en calidad de invitados al cónclave interno.
Triay, en su discurso, homenajeó a su adversario Aguiló y, en especial, al secretario general cesante, March. El nuevo líder socialista balear se comprometió a integrar a los dirigentes insulares y resaltó el relevo generacional que su equipo implica. Joan Mesquida y Damià Pons serán sus hombres de confianza. Ramón Socias Puig y Francesc Antich Olivé fueron señalados como candidatos en reserva de los socialistas mallorquines.
La corriente liderada por Ramón Aguiló, ex alcalde de Palma de Mallorca y amigo personal de Pons y Serra, aglutinó, en masa las delegaciones de Menorca, Ibiza y de diferentes pueblos de Mallorca. El elevado número de votos en blanco en las votaciones finales tradujo la existencia evidente de dos alas antagónicas.
Aguiló ponderó mal sus fuerzas, ya que los votos que hubiera obtenido fueron tan sólo el 10% inferiores a los de la mayoría (132 sobre 302). "La nueva dirección, que tenía que ser de integración y de renovación, ha conseguido menos votos que la ejecutiva saliente", dijo Aguiló. Tras asegurar que el congreso lo había ganado Joan March, agregó: "El partido, por desgracia, está dividido y, además, ha generado una situación donde se han reforzado unas cohesiones internas que son excluyentes entre sí, lo que, para mí, es negativo". En declaraciones a este periódico evitó pronunciarse sobre el futuro de su corriente, en la que coexisten diferentes sensibilidades y antiguos adversarios internos.
Pons intentó a última hora de la mañana del domingo una mediación entre la mayoría y los descontentos, pero fue imposible el acuerdo por los vetos personales mutuos y cruzados. Raimon Obiols, primer secretario de los socialistas catalanes y responsable de relaciones internacionales del PSOE, fue delegado por la ejecutiva general. Cuando llegó al congreso de Palma, las dos fracciones habían consumado su ruptura, por lo que su intervención se limitó a entrevistas individuales con los principales dirigentes. Obiols solicitó a la nueva dirección del PSIB-PSOE "generosidad e inteligencia para abrir un proceso de cohesión, integración y replanteamiento de antiguas posturas". Era un mensaje y un consejo.
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