Zhirinovski pega en el Parlamento ruso a un diputado disidente de su partido
El líder nacionalista radical, VIadímir Zhirinovski, presidente del Partido Liberal Democrático de Rusia (PLDR), agredió ayer fisicamente a VIadímir Borziuk, uno de los diputados disidentes de esta organización, tras haberle acusado de traidor, según testigos presenciales del incidente, que duró unos instantes y ocurrió en los pasillos de la Duma Estatal (la Cámara baja). Tras increpar a gritos a Borziuk, jefe de una sección regional del PLDR, Zhirinovski comenzó a golpearle hasta que otro diputado, Valeri Borshchov, miembro del grupo centrista Yavloko (Manzana) trató de separarlos, según contó este diputado, que, según indicaron otras fuentes, también recibió un par de porrazos. Testigos presenciales dijeron que Zhirinovski, que protagonizó otro incidente violento el pasado febrero, destrozó la grabadora del periodista Alexéi Piatkovski, que intentaba grabar la bronca, y también le rompió las gafas.
El líder del PLDR estaba aparentemente irritado por el resultado de la votación de un punto de la ley del régimen de los diputados, que le impide echar del Parlamento a los miembros disidentes de su grupo, que podrán conservar su escaño pese a su indisciplina de partido. Hasta ahora, cinco diputados del PLDR han abandonado a Zhirinovski, cuyo grupo parlamentario se ha reducido de 59 a 54 escaños.
Por otra parte, Alexéi Kazánnik, que fue fiscal general de Rusia, puso ayer en ridículo al Consejo de la Federación (la Cámara alta del Parlamento) que le había defendido el día anterior, al dimitir por segunda vez, con lo cual resolvió por sí mismo el conflicto jurídico que se había creado en tomo a ese cargo, en el cual Yeltsin quiere ver confirmado a Alexéi Iliushenko.
Kazánnik dimitió el pasado mes de febrero por primera vez tras poner en práctica la resolución de amnistía del Parlamento y liberar a los principales adversarios políticos de Yeltsin. Sin embargo, cuando el presidente pidió al Consejo de la Federación que confirmara el cese, Kazánnik trató de frenar el proceso y lo consiguió, ya que la Cámara alta rechazó la propuesta presidencial y el jueves por la noche la clase política rusa se encontraba en un mar de confusiones sobre quién era legalmente el fiscal general de Rusia.
El jefe de la cámara, Vladímir Shumeiko, elogió la postura de Kazánnik y señaló que este había evitado un cisma en la sociedad rusa.
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