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Los socialistas valencianos, con Lerma a la cabeza, se sitúan a la izquierda del PSOE

La unidad y la paz interna presiden el séptimo congreso del Partido de los Socialistas Valencianos (PSPV-PSOE), que se inició ayer en Cheste (Valencia) bajo el indiscutido liderazgo de Joan Lerma, secretario general, y presidente de la Generalitat. Lerma no tendrá problemas para renovar el cargo cuando, a mediodía del próximo domingo, el congreso proceda a la votación de la nueva ejecutiva nacional. La gestión de la ejecutiva saliente fue aprobada prácticamente por unanimidad: 99% a favor y cinco abstenciones.

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Los socialistas valencianos marcan con su congreso algunas diferencias respecto a otras federaciones del partido, no sólo porque no viven los tiempos de convulsiones y de luchas internas que se registran en otras regiones, sino también porque tratan de acentuar su vocación izquierdista, en un movimiento claramente destinado a recabar mayores apoyos de cara a las elecciones autonómicas del próximo año. La posible pérdida de la mayoría absoluta con la que Lerma gobierna en la Generalitat está en peligro y los socialistas valencianos consideran necesario reivindicar su condición.Lerma ha llegado a este congreso con un renovado impulso. Su creciente influencia en la vida política del partido se ha traducido en la presencia de Cipriá Ciscar en la secretaría de organización del PSOE -además de su propio acceso como vocal al máximo órgano de dirección-, y además ha logrado colocar a cuatro valencianos en el Gobierno de Felipe González. Dos de esos ministros, Vicente Albero y Antoni Asunción, estarán en la nueva ejecutiva y los cuatro estarán en Cheste para arropar a Lerma. Todo ello le permite afrontar este congreso con mayor fuerza que nunca y con la seguridad de que no va a encontrar oposición.

En el discurso de apertura, el presidente del partido, Antonio García Miralles, dejó nítida la vocación del partido en la próxima etapa, al pedir una "apertura a la integración de todos aquellos que se reclaman de una política de izquierdas, de progreso", para "arrinconar a la derecha".La alusión que García Miralles hizo a la necesidad de "condenar" las conductas que "amenazan" el proyecto socialista, en referencia a la corrupción, fue remachada posteriormente por Lerma al hacer balance de su gestión. El secretario general de los socialistas valencianos mencionó dos nombres de plena actualidad esta semana: "Que no nos achaquen a nosotros lo de Mariano Rubio o Roldán", dijo Lerma, quien exigió que si hay acusaciones falsas, se persiga a los acusadores, pero que en caso contrario, dijo, "que lo paguen". Lerma añadió que "no se puede estar permanentemente pidiendo explicaciones de conducta s que este partido tiene que ser el primero en denunciar", y aseguró que el PSOE "actuará con rotundidad" mientras él sea responsable.

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