El 87% de padres y maestros de disminuidos psíquicos, a favor de su educación sexual
Los padres y profesores de jóvenes con minusvalías psíquicas no hablan prácticamente nunca con ellos de cuestiones sexuales, y cuando lo hacen, los temas versan exclusivamente sobre aspectos de anatomía y fisiología. Sin embargo, el 87,3% de los profesores y el 86% de los padres de estos jóvenes, entre 12 y 21 años, consideran "totalmente imprescindible" educarles sexualmente.
Ésta es una de las conclusiones más destacadas de un estudio sobre la sexualidad y la educación sexual de las personas con minusvalías psíquicas realizado en Navarra por José Luis García, psicólogo clínico del Servicio Navarro de Salud, y los psicólogos Pello Yaben y Esperanza García, y subvencionado por el Gobierno navarro.
El estudio, confeccionado sobre cuestionarlos y entrevistas a 130 padres y 216 profesores de toda Navarra, descubre la gran preocupación de unos y otros sobre esta materia a propósito del sida, pero "plantearse como objetivo el conocimiento de la sexualidad y de la conducta sexual de estas personas es, por ahora, impensable en nuestro medio", afirma José Luis García. "Sondeamos la posibilidad de establecer entrevistas con chicos y chicas que tenían minusvalías leves o medias y nos resultó prácticamente imposible encontrar un grupo significativo de padres que accediera a ello", añade García.
Las conclusiones del informe, centrado en los padres y profesores de chicos y chicas escolarizados, en centros o en talleres y empresas de la comunidad foral de Navarra, demuestran que el número de padres o profesores que incluyen en sus conversaciones temas relativos a la conducta sexual, la masturbación o la homosexualidad, es ínfimo. La gran mayoría afirma no tener confianza en esta área con sus hijos, en la medida en que éstos no suelen comunicarles sus problemas afectivo-sexuales. Sin embargo, hay un mayor número de profesores que de padres que habla con sus alumnos acerca de estos temas y en general.
Ligaduras y vasectomías
El profesorado tiende a considerarse más capacitado en la educación sexual que los padres, aunque no se ven a sí mismos como responsables directos de esa educación, prefiriendo que corra a cargo de los padres o, en todo caso, en colaboración con especialistas. Los padres prefieren que sean los especialistas. Ambos grupos piensan mayoritariamente que la moral católica no es necesaria en la educación sexual de las personas con minusvalías psíquicas y son conscientes de la necesidad de adoptar medidas contraceptivas para aquellos chicos y chicas que sean activos sexualmente, sin distinción de sexo. García destaca que hay un acuerdo entre padres y profesores sobre la conveniencia de la ligadura de trompas y la vasectomía para estos chicos y chicas con actividad sexual frecuente. Mostraron su conformidad 156 profesores y 79 padres, 33 profesores y 31 padres dijeron no estar seguros, y sólo 14 y 12, respectivamente, expresaron su desacuerdo con esta esterilización.
En lo concerniente al aborto, sólo un sector reducido del profesorado consideraría inadmisible el aborto en una chica con minusvalías psíquicas. La gran mayoría piensa que o bien debe admitirse o bien debe decidirlo la chica embarazada. Esta opinión no está tan clara en el grupo de padres, aunque la tolerancia respecto a admitir ese supuesto, o que sea la persona implicada la que decida, es compartida por la mitad de los padres y las madres.
García subraya que "sexualidad y minusvalía psíquica han sido aspectos objeto de una poderosa y feroz marginación y ocultamiento en nuestra cultura occidental. Fruto de esta clandestinidad es la existencia de numerosos mitos al respecto".
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