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Crítica:CLÁSICA
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

El Romancero, la Corte de Aranjuez y los Alpes

El público madrileño recibió con especial alegría y máximo interés la visita de la Orquesta Ciudad de Málaga con su director artístico Octavio Calleya (Rumania, 1942, nacionalizado español). Calleya programó dos obras españolas de autores representativos: el Concierto de Aranjuez, de Rodrigo, punta de la popularidad internacional de nuestra generación musical del 27 y el estreno madrileño de la Cantata a la conquista de Málaga, de Manuel Castillo, uno de los cabezas de fila de la generación de los años cincuenta. La Orquesta Ciudad de Málaga nació en febrero de 1991 y está formada, en gran parte, por instrumentistas no españoles, especialmente en las sesiones de cuerda. Actualmente luce un nivel más que bueno y, en ocasiones, excelente. Para el Concierto de Rodrigo, que con sus 93 años asistió al Monumental, se contó para la parte solista con la guitarra del malagueño Ángel Romero, quien es capaz de devolver al instrumento su naturalidad y limpiarlo de adherencias más pedantescas que cultas. Así, dada su buena técnica y su fresca musicalidad, el Concierto de Aranjuez sonó, como quiso su autor desde el principio, leve, poético, distanciado y "ceñido como una verónica". Superando la relativa identificación del maestro con los pentagramas neocasticistas, el éxito fue, una vez más, apoteósico.

Orquesta Ciudad de Málaga y Coro de RTVE

Director: O. Calleya. Obras de Castillo, Rodrigo y Strauss. Teatro Monumental. Madrid, 5 de marzo.

Obra épica

Contemporánea del Concierto para violonchelo y la Segunda sinfonía, la Cantata a la conquista de Málaga, del sevillano Manuel Castillo (1930), escrita por en cargo para conmemorar el me dio siglo del acontecimiento, no deja de ser una obra épica y, en cierta medida, de circunstancias. Sobre un texto sencillo y lineal de Vidal González Sánchez, Castillo trazó un tríptico lírico dramático sobre El asedio, La conquista y La nueva vida. No podían faltar evocaciones guerreras, recuerdos de viejos romances, estrofas religiosas o alusiones arabistas. Con todo, Castillo supo evitar el tópico fácil y el acarreo folclorístico. Con la aportación del Coro de RTVE, preparado por Alberto Blanca fort, la versión resultó fuerte mente expresiva y bien detallada en todas sus partes. En la segunda parte, los músicos malagueños abordaron la Sinfonía alpina, de Strauss, de la que consiguieron una interpretación cohesionada, segura, clara y esplendorosa, sólo necesitada de una más precisa matización en el plan dinámico tan minuciosamente especificado por Strauss en su magnífica partitura. El público aplaudió largamente la demostración por la Orquesta de Málaga de sus grandes posibilidades.

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