El escultor Juan Muñoz, objeto de una gran exposición en Francia

El artista madrileño Juan Muñoz ha sido el elegido para inaugurar el programa de exposiciones individuales del Carré d'Art de Nimes (Francia). Hasta el 29 de mayo, este museo concebido por Norman Foster estará ocupado por las esculturas, dibujos e instalaciones de Muñoz, varias de ellas creadas especialmente para la ocasión, mientras otras proceden de galerías y museos de Londres, Eindhoven, Limoges, Hamburgo y Düsseldorf.

Muchas de estas obras, ya sea por los materiales, texturas o colores elegidos, transmiten la extraña sensación de haber sido rescatadas de alguna catástrofe ocurrida mucho tiempo atrás, de haber sido halladas enterradas entre varias capas de ceniza y tierra. "Hace años me di cuenta de que una gran parte del arte contemporáneo envejecía muy rápido", explica Muñoz, "y me propuse que mi obra asumiese eso de manera distinta, que desde el primer día ya pareciese dañada por el tiempo, desplazada, de manera que no quedase estricta mente ligada a la época".

La primera parte de esta antológica está dedicada a abordar el problema de la representación de la ausencia. Los pasamanos de madera, los balcones metálicos o las telas negras de interiores desérticos corresponden a ese periodo. "En las telas quise referirme a esa sensación de extrañeza que te produce el quedarte a dormir en casa de un amigo. Todo puede ser perfecto, la luz, la cama, la almohada, pero tú te sientes incómodo".

Suelos ópticos

Las esculturas son figuras de resina de poliéster. "El problema de cómo levantar hacia arriba una escultura es un tema histórico", afirma Muñoz. "Si no recurres a la peana tienes que hallar otras soluciones. De ahí también el empleo de suelos ópticos o de tentetiesos". Las piezas más recientes son instalaciones como Living in a shoe box, en la que dos figurillas aparecen condenadas a deambular eternamente en el interior de una caja de zapatos arrastrada por un raíl que recorre una habitación enorme. "Es un montaje que no entiendo muy bien, pero lo veo y me alegra. Es duro, pero tiene un toque de humor". Muñoz está satisfecho de su exposición y asegura que la siguiente, en Dublín, va a ser "muy distinta, más intimista", y que la destinada al Reina Sofía de Madrid "será espectacular, en parte debido a la utilización de los suelos ópticos". A la inauguración de Nimes acudieron galeristas y directores de museo de toda Europa, pero un sólo español, el director del IVAM de Valencia. "España ya no está de moda. Durante los ochenta, nuestro país fue como una gran falla, pero ahora sólo nos queda confiar en las cenizas, en hallar algún rescoldo en ellas. Está claro que no todo el mundo puede ser Barceló, famoso y rico. Ahora, además hay que pintar bien. Se acabó el que pasasen por Madrid y Barcelona comisarios de exposiciones del mundo entero. Hemos vuelto a la miseria cultural de siempre".