Amor catalán por Madrid

El fin de semana del 13 de marzo estuve en Madrid: visitar a los amigos, ver un par dé exposiciones, asistir a la representación de La vida es sueño y pasear por el barrio de Salamanca son razones más que suficientes para que nos acerquemos a Madrid aprovechando las nuevas facilidades de los puentes aéreos.Madrid me pareció, como siempre, espléndida. Estuve pensando que los periódicos mentían cuando decían que era la segunda capital más sucia de Europa, hasta que llegué al Retiro.

Señor alcalde: es una vergüenza el estado de dejadez y de suciedad en que tienen ustedes este parque, que debería ser, dada su belleza, motivo de orgullo de todos los madrileños.

El agua de la fuente de la Sardana, en la glorieta de Cataluña, estaba putrefacta, y el monumento, pintado de azul. No quise leer el contenido de la pintada porque la mañana era espléndida y no quería estropearla. La placa que con devoción, colocó él alcalde de mi pueblo junto con don Enrique Tierno Galván proclamandó la amistad entre Lloret y Madrid, está descascarillada, rota y pintarrajeada. No es de extrañar, pues, que los tres laureles y el madroño que plantamos apenas sobrevivan a la barbarie de quienes les arrancan las hojas.

Y no crea usted que esto sólo sea consecuencia de los malentendidos imbéciles que existen entre Cataluña y Madrid. Está sucio todo el parque: papeles, plásticos y botes vacíos lo llenan todo. Y menos mal que las pipas de girasol y de calabaza son biodegradables...

A pesar de que cuatro descerebrados exhibieron en la carrera popular una pancarta que rezaba: "Catalán el último", le advierto que somos muchos los catalanes que no estamos dispuestos a renunciar a nuestra simpatía por Madrid y a nuestras amistades madrileñas, y que volveremos. Pero yo, cuan do vuelva, lo primero que haré será ir al Retiro, donde espero ver que mis quejas han tenido una lógica acogida de un Ayuntamiento y una ciudad que debe saber estar a la altura de la belleza que le legaron sus antepasados.