Moscú expulsa a un diplomático británico acusado de espionaje
La sombra de la guerra fría ha reaparecido en el Reino Unido tras la expulsión el jueves de uno de sus diplomáticos destacado en Moscú, bajo la acusación de espionaje. John Scarlett, agregado político en la embajada británica en Moscú, llegó a Londres el viernes, acompañado por su mujer y su hijo. Según un portavoz del Kremlin, Scarlett es, ni más ni menos, la cabeza visible del MI6 en Rusia.
Pese a que fuentes rusas señalaron que la expulsión se había llevado a cabo con modales absolutamente caballerosos, el Foreign Office ha reaccionado con contenida irritación y ha mandado a casa a un diplomático ruso acreditado en Londres.
El cruce de expulsiones ha enturbiado el excelente momento que atravesaban las relaciones entre el Reino Unido y Rusia, después del reciente viaje de John Major a Moscú. Los periódicos británicos resaltaban ayer el "estilo guerra fría" con el que Moscú se ha conducido en este episodio. Un estilo que se ha re flejado en la entrevista ofrecida por la televisión rusa a un su puesto agente doble llamado Vadim Sintsov, quien relató sin pestañear que había recibido 8.000 libras -1.600.000 pesetas aproximadamente- de los servicios secretos británicos a cambio de información confidencial.
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