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PASO A PASO

Los vecinos de ocho pueblos representan la Pasión

Vicente G. Olaya

La comunidad de Madrid, cada Semana Santa, se cubre de morado. Más de 130 procesiones, un vía crucis viviente (Navas del Rey), una procesión de esclavos (Campo Real), ocho pasiones vivientes (Aranjuez, Carabaña, Chinchón, Daganzo de Arriba, Morata de Tajuña, Orusco de Tajuña, Torres de la Alameda y Villarejo de Salvanés) y tres vía crucis tradicionales (Berzosa de Lozoya, Canencia y Casarrubuelos) expresan el sentimiento religioso de la provincia en estas fechas.El Jueves Santo, al atardecer, Morata de Tajuña (5.200 habitantes) intenta recrear la historia sagrada. Por octavo año consecutivo, unos 600 vecinos se convierten en romanos y judíos. El escenario utilizado es el conjunto de calles y plazas del pueblo. El vestuario es confeccionado por los vecinos.

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Esta tradición surgió de la mano del entonces médico del pueblo, Félix Martín. Desde el principio los principales papeles fueron representados por actores del grupo local Talía. María Isabel Zamorano, que este año hará el papel de Verónica, recuerda: "Como al principio no teníamos ni mucha experiencia ni fondos, instalamos unos altavoces en un coche que nos seguía por las calles del pueblo". En años posteriores, con una técnica sonora mejorada, "logramos instalar altavoces en cada uno de los nueve escenarios donde actuamos", añade.

Una de las características de esta pasión es que las cruces donde colgarán a Jesús y a los ladrones se levantan desde el suelo y los actores son enganchados a los maderos con sogas.

Como la mayoría de los papeles son masculinos, las mujeres actúan como apóstoles. "Nos ponemos unas barbas y así nos convertimos en uno de los 12 primeros seguidores de Cristo", recuerda Zamorano.

Este año, Fernando Mora, de 33 años, hará el papel de Cristo. El padre de Fernando, como lo fuera del de Jesús, es carpintero. El actor cargará durante un kilómetro con una cruz que pesa 50 kilos.

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En Carabaña (1.200 habitantes) son más modestos. Celebran la Pasión con figurantes, pero sólo toman parte 80 personas en la representación. El alcalde de Carabaña, José Pérez Herrero, reconoce que "el presupuesto municipal es escaso y sólo podemos gastarnos unas 600.000 pesetas". Los trajes de los romanos también se fabrican en el pueblo.

"El momento más espectacular es la resurrección. El cristo aparece en lo alto de un edificio. Con un juego de luces y tracas representamos su resurección. Son nuestros efectos especiales", termina Pérez. Se calcula que a la representación acudirán unas 6.000 o 7.000 personas.

En Chinchón (4.100 habitantes), al atardecer del sábado, comienza el vía crucis viviente más antiguo. Creado en 1963 por el padre Lezama, está declarado de interés turístico. Actúan unos 200 vecinos y el presupuesto es de cinco millones de pesetas.

Según Pilar Montero, directora de la Pasión de Chinchón, "nosotros no cobramos nada. Todo el dinero se va en pagar la luminotecnia, los efectos especiales y diversos gastos de ropa".

El papel de Cristo

Miguel Angel Moya, de 30 años, hace el papel de Cristo. Tiene sustituto "por si le pasa algo, porque el papel es muy duro", dice Montero. El año pasado, según cifras de la Guardia Civil, se reunieron más de 20.000 personas para seguir esta representación."Es un espectáculo impresionante. No hay nada parecido. El silencio es tan sepulcral que se te pone la piel de gallina", termina la actriz.

La pasión más reciente es la de Aranjuez (38.200 habitantes), basada en un libreto de Carlos Broschi Farinelli que se perdió en 1751 y que se encontró hace seis años.

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Sobre la firma

Vicente G. Olaya
Redactor de EL PAÍS especializado en Arqueología, Patrimonio Cultural e Historia. Ha desarrollado su carrera profesional en Antena 3, RNE, Cadena SER, Onda Madrid y EL PAÍS. Es licenciado en Periodismo por la Universidad CEU-San Pablo.

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