El señor Ollero y los gigantes

El pasado día 4 de febrero, EL PAÍS, en su página 24, informa que el portavoz habitual del PP en la Comisión de Educación del Congreso, Andrés Ollero, ha dicho que la Administración educativa socialista está preparando su despedida del poder con una estrategia de ocupación clientelar de espacios en el sistema educativo, y cita, entre otros colectivos, a la Inspección Técnica de Educación.Ante estas declaraciones, y ante tanto silencio, quiero decir algunas cosas:

1. La Inspección de Educación no puede ser, sin que se atente contra la calidad de la enseñanza, injuriada y utilizada como instrumento de agresión política. Es, entiendo, muy grave la ligereza e irresponsabilidad del señor Ollero en este aspecto.

2. Que no somos clientes de nadie es obvio. Somos profesionales que hemos accedido a la función inspectora por el procedimiento establecido por las leyes que ha aprobado el Parlamento. No obstante, como referencia a nuestra amistad con el MEC (con sus dirigentes, claro está), decir que unos 450 inspectores hemos establecido un contencioso con el ministerio.

3. Y las autoridades del MEC ¿qué dicen al respecto? Nada. Me pregunto si estarán de acuerdo con el señor Ollero. Dicen que el que calla otorga. Como final, me gustaría contar un sueño que he tenido hace unos días y que me ha dejado algo preocupado.Entre sueños veía al señor Ollero montado en un caballo, sable en mano, entrando en el Ministerio de Educación; iba rodeado de algunos lanceros, entre los que alguna cara me pareció conocer. Entre la nebulosa del sueño veía a unos pobres hombres, asustados, y entre ellos (no soy buen fisonomista, disculpen) me pareció ver también a algún responsable del MEC. Detrás, al fondo, con caras y posturas grotescas (me recordó algo a Goya), unos compañeros estaban montando tribunales parecidos a los de la Santa Inquisición, y querían juzgar y examinar a sus compañeros inspectores.- nspector de Educación.