"Un vestigio de la autenticidad humana"
Sobre nuestro planeta se extiende, por primera vez en la historia del hombre, una civilización global y única. Cualquiera que sea el acontecimiento y el lugar en que suceda, tendrá consecuencias favorables o nefastas en todas partes y para todo el mundo. Por supuesto, esta civilización admite un gran número de naciones o de etnias con costumbres y tradiciones diversas, conjuntos culturales grandes o pequeños, muchos universos religiosos y varios tipos de culturas políticas diferentes. Al mismo tiempo, parece que estas comunidades múltiples se acercan bajo la presión de la civilización actual y son forzadas a aceptar valores y comportamientos únicos: otras ponen de manifiesto la necesidad de reforzar la de fensa de su identidad nacional, racial, cultural o de sus valores tradicionales en general.( ... ) En la civilización deshumanizada y técnica de hoy, el teatro es uno de los vestigios importantes de la autenticidad humana. Si este mundo no quiere terminar mal, debe defenderlo y cultivarlo. Después de todo, la vuelta de una subjetividad humana irremplazable, de una personalidad humana concreta, de la conciencia humana precisa, están dentro de ese mundo de megamáquinas y megaburocracias que lo necesitan. ( ... )
Diálogo vivo
El teatro, es verdad, no es solamente una forma de expresión ajena. Es la única expresión en la que un hombre se dirige a otro hombre, cada día, ahora y sin pausa. Por eso el teatro no es únicamente un lugar donde se cuentan historias. Es un lugar de encuentro entre los hombres, un espacio de existencia auténtica que sobresale para testimoniar sobre el mundo, sobre ella misma; un lugar de diálogo vivo, único e inimitable que habla de la sociedad y sus tragedias, del hombre, de su amor, de su maldad y de su odio.( ... )
En la civilización técnica global, formada por tantas culturas particulares amenazadas por sus conflictos, el teatro es -yo lo creo firmemente- el constructor de la esperanza y una lente por la que se entrevé el futuro. No porque mostrara un mundo mejor, sino porque restituye las esperanzas de asistir al renacimiento de la humanidad. Si el teatro es un lugar de comunicación libre entre hombres libres sobre el misterio del mundo, nos muestra el camino que conduce a la tolerancia, al respeto mutuo, al respeto del milagro del ser. Os invito, a todos vosotros, hombres de teatro, a pensar en este momento en vuestros colegas de Sarajevo; ellos hacen lo que estoy hablando por la libertad de espíritu. ( ... )
es presidente de la República Checa y dramaturgo.
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