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Dame otra oportunidad

Grey es un cachorro cruce de dogo y mastín que perdió a sus amos en un incendio. Boy fue abandonado de pequeño con un collar ajustado al cuello, de manera que al crecer quedó incrustado en su piel dificultándole la respiración. Luna perdió a sus hijos abrasados a manos de unos gamberros. Tara y Kimbo fueron recogidos con pocos días de un cubo de basura y han sido criados a biberón. Scott fue abandonado a 30 kilómetros de su casa por dos veces consecutivas y ha sido rescatado de morir del disparo que su insensible dueño le tenía preparado para deshacerse de su "insistente" fidelidad. Niger fue recogido en una isleta de tierra entre carreteras donde sus dueños le habían condenado a morir de hambre, de sed o quizás atropellado por algún infortunado conductor que habría podido también perder la vida. Éstos son ejemplos de las peripecias que pasan los animales abandonados. Por fortuna, los protagonistas de estas historias y otros muchos perros pueden tener una segunda oportunidad, ya que se encuentran recogidos en el Centro de Adopción de la Asociación Nacional Amigos de los Animales a la espera de un nuevo hogar.

El problema de los perros abandonados es ya conocido por todos. Quién no ha visto perros en los parques, carreteras, callejones, buscando comida en los cubos de basura... Su aspecto y las condiciones en que se encuentran en esos momentos es lo que les hace ser muchas veces despreciados, encubriendo su verdadero carácter y aptitudes.

Aquellos que tienen la suerte de ser rescatados de la calle por personas que comprenden su situación y los recuperan se convierten en incomparables compañeros en su nuevo hogar.

Actualmente, en España no existe una ley de protección animal a nivel nacional, tan sólo en las comunidades autónomas de Madrid, Cantabria, y recientemente País Vasco, se ha promulgado dicha ley.

En la Comunidad Autónoma de Madrid (CAM) existen distintos tipos de centros de recogida, públicos y privados, con diferentes políticas de funcionamiento. La perrera municipal que el Ayuntamiento de Madrid tiene en Cantoblanco asume la recogida de este municipio y esporádicamente de otros de la CAM. En ella, cientos de perros son eliminados al año después de pasar allí el tiempo mínimo que marca la Ley de Protección Animal de la CAM (13 días si el perro llega sin identificar o 19 si está identificado). El personal no es vocacional, y ello se refleja en el trato que reciben tanto los animales en su corta estancia como la gente que visita el centro con intención de adquirir un animal.

La Ley de Protección Animal de la CAM obliga a los municipios de más de 5.000 habitantes a poseer su propia perrera sanitaria, por lo que algunos de ellos tienen sus propios centros o los están gestionando desde hace pocos meses, siguendo la misma línea que la perrera de Cantoblanco.

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El inconveniente de tramitar estas perreras por imperativo legal estriba en que se centran en vaciar las calles de animales abandonados, sin dar importancia a lo que se hará después con ellos, convirtiéndose en centros de eliminación de animal.

Otro tipo de centros son aquellos que surgen por iniciativa privada como respuesta a la situación anterior. Éstos tienen otro enfoque del problema: su trabajo se basa en el respeto a los animales. Pero no por ello dejan de tener inconvenientes. En muchos de ellos, al no sacrificar a los animales ni cederlos en adopción, son mantenidos allí de por vida. El número de perros acaba siendo muy elevado, llegando incluso al hacinamiento, de forma que es prácticamente imposible mantener unas buenas condiciones higiénico-sanitarias y un buen control veterinario. Además, al financiarse mediante fondos privados, éstos muchas veces no son suficientes y, aunque no por falta de buena voluntad, los animales no se encuentran en el mejor estado.

El Centro de Adopción de la Asociación Nacional Amigos de los Animales basa su funcionamiento en buscar un nuevo hogar a perros abandonados, dándoles una segunda oportunidad y permitiendo que su vida sea más satisfactoria. Los animales se encuentran bajo un estricto control veterinario y, respetando los plazos legales, los animales sanos y de buen carácter pasan a la fase de adopción. Se hace una selección de los adoptantes y posteriormente un seguimiento a domicilio para comprobar las condiciones en que se encuentra el animal. La política del centro consiste en dar agilidad a las adopciones, siendo su estancia allí un periodo transitorio en sus vidas. Cuantos más perros se adoptan más posibilidades hay de dar una segunda oportunidad a otros abandonados.

Es interesante considerar la opción de adoptar uno de estos animales. Éstos son algunos resultados de quienes se decidieron por ello: los nuevos dueños de Bruno están tan contentos con él que sus cuñados han adoptado a Susuki; Charlie hace de pon¡ para su pequeña amita, de la que es su mejor guardián; Pekín es la nueva ilusión de una señora mayor que se en, contraba sola; Mambo ayudó a superar la tristeza. por la pérdida del anterior perro de la familia; Nelda ha animado a su tímido amito a relacionarse y a hacer nuevos amigos, es para él una positiva responsabilidad; Tosca ha ayudado a su amo a mejorar su autoestima: ya hay alguien para quien es indispensable.

Está en tus manos dar un final feliz a alguna de las desafortunadas historias de estos animales.

Pilar del Cañizo es presidenta de la Asociación Nacional Amigos de los Animales. Teléfonos 650 29 13 y 372 10 29.

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