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El perito que avaló la falsa obra de la Diputación de Vizcaya admite el engaño

Jesús Saiz de Omeñaca, el catedrático de la Universidad de Cantabria implicado en el caso Azpiegitura (falsa cimentación de una obra pública), reconoció ayer ante la juez que firmó informes con datos falsos en calidad de funcionario público. Estos documentos fueron posteriormente utilizados por el constructor Iñaki Ereño, ligado al PNV y actualmente en prisión, para justificar ante la Diputación de Vizcaya las inexistentes inyecciones en la cimentación de un edificio. Omeñaca reiteró que fue Ereño el que le transmitía los datos sobre las mezclas supuestamente inyectadas y que el constructor, abusando de su confianza, le engañó.Los letrados de la acusación personados en la causa, a falta de que finalizara la declaración del profesor cántabro, apuntaban que, en aplicación del artículo 302 del Código Penal, la juez podría encarcelar a Omeñaca por un delito de falsedad de documento. Este artículo castiga con penas de prisión mayor -entre 6 y 12 años- y multa de 30.000 a 300.000 pesetas al funcionario público que, abusando de su oficio, falseara documentos. Según una de las partes acusadoras, Omeñaca ha incurrido "en todos los supuestos" -nueve- de ese artículo.

En los informes realizados por el profesor se recoge que él, algunas veces y otras en nombre del equipo de su departamento, avaló y certificó inyecciones para la cimentación con unas mezclas de agua y sulfatos que no se correspondían con lo inyectado realmente en el subsuelo. Ereño cobró a la Diputación de Vizcaya 570 millones de pesetas por estos trabajos, y eso motivó su ingreso en prisión, acusado de sendos delitos de estafa y falsedad en documento. Por el mismo motivo ingresó en la cárcel de Basauri el director de la obra, el arquitecto ligado al PSE-EE Alberto López.

Omeñaca utilizó para estos informes papel oficial de la Universidad de Cantabria, institución que le ha abierto un expediente para esclarecer "la utilización que algunos implicados

[en el escándalo] hubieran podido hacer de la institución y su nombre".

Omeñana, que cobró de la universidad 580.000 pesetas por su trabajo, tenía previsto hoy mismo celebrar un acto de conciliación con la institución, que le acusa de haber actuado a título personal. Él, sin embargo, sostiene que Ereño y la universidad firmaron un convenio por el que se le encargaba el trabajo.

La instrucción del caso continuará hoy con los interrogatorios de la defensa.

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