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Grupos de jóvenes cortan el tráfico ferroviario en varias estaciones francesas

Enric González

Miles de jóvenes volvieron a salir ayer a las calles francesas, en menor número que el lunes o el martes, pero con ideas muy claras sobre cómo hacer oír su protesta. Varias estaciones ferroviarias, entre ellas la de París-Montparnasse y la de Lille, fueron bloqueadas a mediodía por grupos de jóvenes que se acomodaron sobre las vías e impidieron el paso de los trenes. Mientras tanto, en Lyón, donde hubo enfrentamientos violentos entre policía y manifestantes durante dos noches consecutivas, las fuerzas de seguridad acordonaron el centro urbano para impedir nuevos disturbios.El arzobispo de Lyón, cardenal Albert Decourtray, lanzó ayer un claro mensaje de apoyo a los jóvenes en el que afirmaba que "del conjunto del movimiento de protesta, surge un grito que se debe escuchar". "Hay un aspecto triste, trágico en toda esta historia", siguió el cardenal. "¿Qué es lo que nosotros, los adultos, proponemos a las nuevas generaciones? 750.000 jóvenes parados. Temo, personalmente, que todo esto lleve a la juventud a la frustración y la desesperanza. Somos nosotros, los adultos, los que corremos el riesgo de desesperar a la juventud".

El Contrato de Inserción Profesional (CIP), parte del plan de empleo juvenil diseñado por el Gobierno conservador de Edouard Balladur, sigue enconando las posiciones. La protesta fue detonada por el CIP y, aunque ha adquirido un carácter general de rebelión contra el paro, el subempleo y la marginación, los manifestantes mantienen la oposición a ese tipo de contratos como estandarte.

El Gobierno, fortalecido por su éxito en la primera vuelta de las cantonales, no está dispuesto a ceder. El CIP ya está en vigor, y Balladur se niega a retirarlo. Los jóvenes y los sindicatos tampoco ceden un centímetro en su exigencia de que el CIP sea suprimido de la reglamentación laboral.

Los estudiantes de la Universidad de Nantes se han declarado en huelga desde el martes, y en otros centros de enseñanza superior se preparan votaciones para decidir si se unen a la huelga.

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