20 ancianos caen estafados en su casa por el timador del NIF
Ojos azules, 1,65 metros, 27 años, pelo teñido y granos en la cara. Se hace pasar por inspector de Hacienda, delegado de Cajamadrid o agente de la Seguridad Social. Actúa solo y viste tanto corbata como prendas deportivas. Sus víctimas son ancianos, preferentemente recién enviudados. Éste es el hombre que ha estafado en los seis últimos meses en Madrid a más de 20 ancianos con un timo de nuevo cuño, en el que destaca la utilización de documentos como el número de identificación fiscal (NIF). Uno de los barrios que han sufrido su acción ha sido Chamberí. Allí han caído cerca de una decena de ancianos, según fuentes bancarias. Uno de ellos fue Casimiro del Amo, de 70 años.El timador se acercó a las cuatro de la tarde del pasado 9 de marzo a su piso de la calle de Virtudes. Se hizo pasar por inspector de Hacienda. Sacó de un sobre de la delegación de Hacienda dos NIF que lucían los datos de Casimiro y de su esposa. (La procedencia de estas tarjetas, cuya falsedad no ha sido demostrada, está siendo investigada).
"Mire, le han caducado sus NIF y tiene que renovarlos si no quiere pagar una multa. Cada uno vale 12.500 pesetas", dijo a Casmiro.
"Oiga, es que aquí no tengo el dinero. ¿No puede cargarlo a mi cuenta de banco?", contestó el anciano.
"Bueno, pero le costará un 10% más".
Casimiro pagó las 25.000 pesetas. Lo mismo hicieron en Chamberí al menos otra decena de ancianos, todos los que acudieron a consultar a una misma sucursal de Cajamadrid.
Aumento de 'tarifa'
"Vienen aquí porque son gente mayor que cree que con el NIF les pueden sacar dinero de la cuenta. La mayoría no denuncia. El timador se introduce en las casas y aprovecha la ignorancia de estas personas. Además, ha ido aumentando su tarifa. Primero pedía 10.000, ahora 12.500", comentan en la citada sucursal. Para dar un aire oficial a la estafa, el hombre hace firmar a sus víctimas en una lista. Casimiro, cuando rubricó el timo, vio una larga serie de nombres.El Grupo de Estafas de la Policía Judicial desconoce el número exacto. Cree saber, en cambio, quién es. Se trata de un yonqui que ha escapado en dos ocasiones de ser detenido. "Es muy escurridizo. Sabemos dónde vive. Una vez le esperamos en su domicilio. Al llegar se percató de nuestra presencia y huyó a golpes con el coche", señala un especialista policial. Antes, en su trabajo le ayudaba su mujer, heroinómana también. La principal dificultad: a los ancianos no sólo les cuesta denunciar, sino también identificarle.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.