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El Estado pagará la cuota patronal de los parados mayores de 45 años contratados por las 'pymes'

La reforma laboral tendrá medidas adicionales en breve. En este caso no se trata de más flexibilidad, sino de normas para proteger a los colectivos con dificultades especiales para reinsertarse en el mercado de trabajo. La primera, que el Ministerio de Trabajo espera acabar esta semana, está dirigida a los desempleados mayores de 45 años y parados de larga duración; el Estado pagará sus cuotas patronales a la Seguridad Social cuando sean contratados por empresas de menos de 25 trabajadores -pymes- o autónomos. La segunda norma se prevé para dentro de unos meses y consiste en la reforma del Inem (Instituto Nacional de Empleo) para centrar su actividad en la colocación de parados de larga duración, jóvenes y mujeres.

Los colectivos de desempleados mayores de 45 años y parados de larga duración, que son prácticamente coincidentes, suman un total de 500.000 personas.Trabajo prepara ahora medidas para incentivar su colocación y la más importante es que el Estado pagará las cuotas patronales a la Seguridad Social durante un periodo aún no decidido, pero que oscila entre uno y tres años. De esta forma pretende destinar el millón de pesetas que ahora gasta como media al año en prestación de desempleo a facilitarles un puesto de trabajo.

Para acceder a esas ayudas no se exigirá que el contrato sea necesariamente indefinido. Las subvenciones están dirigidas a las pequeñas empresas -las de menos de 25 trabajadores- y los autónomos, según anunció ayer el secretario general de Empleo, Marcos Peña, en unas jornadas sobre la reforma laboral organizadas por Eurotraining con la colaboración del diario económico Cinco Días.

El Gobierno tiene que decidir el rango de la norma: ley, decreto-ley e incluso orden ministerial.

Incentivos y subvenciones

Esos incentivos son compatibles con la subvención que está en vigor, según la cual las empresas que hagan un contrato indefinido a parados mayores de 45 años reciben una ayuda de 500.000 pesetas.

La reforma del Inem es menos inmediata y Marcos Peña la situó para el próximo verano. El objetivo es dedicar el instituto público a la colocación de los colectivos con más dificultades de insertarse en el mercado laboral: parados de larga duración, jóvenes y mujeres.

Ese cambio llega después de que la reforma laboral -en trámite parlamentario- haya eliminado el monopolio del Inem en la intermediación del empleo y que estén en proceso de legalización las agencias privadas de colocación sin ánimo de lucro y las empresas de contratación temporal. Eso deja muy limitado el papel del Inem, aunque el secretario general de Empleo precisó ayer que en su inmediata reforma se pretende "reforzarlo para que sea competitivo frente a las empresas de trabajo temporal y agencias de colocación".

Sobre las medidas de reforma laboral que han entrado ya en vigor, Marcos Peña dijo sentirse moderadamente satisfecho pese a que reconoció que "las leyes no crean riqueza ni crean empleo". El nuevo contrato de aprendizaje ha tenido "un éxito moderado" y se están realizando unos 1.000 contratos diarios. En cuanto a los contratos a tiempo parcial, al acabar el primer trimestre se prevé alcanzar más de 200.000.

Sin embargo, las previsiones del Gobierno para reducir el paro no son nada esperanzadoras. Ángel Laborda, director general de Previsión y Coyuntura del Ministerio de Economía, dibujó en el mismo foro unas hipótesis desalentadoras.

En el año 2000 habrá dos millones y medio de parados aunque la economía crezca un 4% de media anual y se creen 300.000 empleos al año. Laborda aseguró también que uno de los efectos positivos de la reforma laboral es que se rebaja del 2,5% al 2% el umbral necesario de crecimiento económico para que se cree empleo.

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