Historia de Madrid
"La historia de Madrid no tiene por qué ser atacada por los especialistas. Madrid no se discute ni tiene que ser comparada con otras ciudades, y menos con Barcelona". Así se expresó un caballero ya maduro que parecía poseído por la mística del madrileñismo, ante el asombro de los presentes.Asistíamos a la tertulia El pobrecito hablador que una vez al mes convoca en la Asociación de la Prensa el juvenil entusiasmo del viejo periodista Marcos Pérez. La sala del primer piso del palacete de Juan Bravo, 6, estaba llena de gente que se sentaba alrededor de la gran mesa de juntas. La tertulia de esa tarde se dedicaba a una obra de reciente aparición, la Historia de Madrid, dirigida por el profesor Antonio Fernández García, con trabajos de 23 especialistas que comprenden desde la Prehistoria hasta nuestros días, publicada por la Editorial Complutense.
Por extraño que parezca, no existía hasta ahora una historia de Madrid hecha con criterios científicos. Tan sólo la que Amador de los Ríos publicó en 1864, reeditada en facsímile en 1978, se aproxima a una verdadera historia, aunque ha quedado muy anticuada. El ataque de los especialistas, como decía el intempestivo contertulio, a la historia de la ciudad es relativamente reciente. Este libro es fruto de una serie de estudios monográficos y congresos universitarios realizados en los últimos 10 años y coincide con trabajos historiográficos hechos en estos años sobre París, Berlín, Londres, Viena o la ciudad italiana de Prato.
Tuvimos, en la tertulia, una excelente muestra del rigor con que se ha hecho esta historia de Madrid, en la exposición de la profesora de la Complutense Virginia Tovar. Se refirió a la transición de Madrid de burgo medieval a ciudad moderna en el siglo XVI y su conversión en ciudad monumental desde entonces hasta el siglo XVIII, gracias a las grandes concepciones urbanísticas de Juan Gómez de Mora, Pedro de Ribera, Sabatini o Ventura Rodríguez.
El profesor Bahamonde, al hablar del siglo XIX, señaló hasta qué punto la verdadera historia de Madrid se separa de la visión que Mesonero Romanos y los madrileñistas dieron de ella. Comparó a Madrid con Barcelona, ciudad de burgueses y obreros cuando Madrid lo era de señores y criados. El contertulio madrileñista se enfadó, pero el lector del libro agradecerá el ataque a la historia de una ciudad muy castigada y desfigurada por el huero madrileñismo.
