Clinton acusa a los republicanos de sabotear su acción de gobierno
El presidente norteamericano, Bill Clinton, ha acusado a la oposición republicana de sabotear su acción de gobierno en vista de que le resulta imposible seguir adelante con su programa en política nacional sin verse afectado por las turbulencias del caso Whitewater. El último episodio de esta escalada de despropósitos en torno a la Casa Blanca -la dimisión de un alto funcionario del Departamento de Justicia, íntimo amigo del matrimonio Clinton- parece haber colmado la paciencia del presidente, que ayer trataba de retomar la iniciativa en el mismo Estado en el que se consagró como un gran fajador, New Hampshire.Hace poco más de dos años, Bill y Hillary Clinton estaban luchando en ese Estado contra los rumores sobre los amoríos extramatrimoniales del entonces candidato a la presidencia. Una comparecencia de ambos en televisión, en la que reconocieron que habían existido problemas en su matrimonio, resultó tremendamente convincente para el público norteamericano. Ahora, atormentados otra vez los Clinton por críticas a su conducta, están pensando de nuevo en una comparecencia conjunta en televisión para mirar a los ojos a los norteamericanos.
Esa es una posibilidad que la Casa Blanca baraja como última alternativa en el caso de que Bill y Hillary Clinton no consigan salir por su propio pie del pantano de Whitewater. El presidente lo trataba de hacer ayer precisamente en New Hampshire, a donde llegó después de inaugurar en Detroit la conferencia sobre el paro. La primera dama, en una gira de promoción de su reforma sanitaria en el sureste.
Clinton alegó que la insistencia de los republicanos en aprovechar los problemas personales del presidente para dinamitar su programa político "no es buena para el país". Lamentó la dimisión de su amigo Webster Hubbell, pero manifestó que se trataba de una cuestión personal.
Ética
Hubbell dejó el lunes el tercer puesto en el escalafón del Departamento de Justicia entre rumores sobre su ética mientras trabajó como abogado en la firma Rose, de Little Rock, la misma en la que brindó sus servicios Hillary Clinton hasta 1992.El caso de Hubbell no está directamente relacionado con Whitewater. Está acusado de haber cargado en exceso las cuentas a sus clientes durante su labor profesional. Pero el hecho de que se trate de un frecuente compañero de golf del presidente y un amigo del matrimonio, así como la circunstancia de que trabajase en la firma Rose, la que defendió al socio de Clinton en el proyecto Whitewater, ha hecho aparecer ligados ambos asuntos.
Hubbell, que renuncia diez días después de que lo hiciera el abogado de la Casa Blanca, Bernard Nussbaum, explicó que presentaba la dimisión para que su presencia en la Administración no fuera aprovechada por los enemigos del presidente para atacar al Gobierno.
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