Los coches enmoquetan la ciudad

El estudio de los técnicos municipales sobre la circulación en los últimos cuatro años aporta dos resultados claros. Uno: los coches disminuyeron un 1% en el meollo del centro, y aumentaron más de un 10% en el resto. Y dos: los túneles construidos por el equipo del Partido Popular han multiplicado el tráfico.Como buenos bailarines de chotis, capaces de correr mil metros en una sola baldosa, los madrileños dan cada día varias vueltas al mundo en tan sólo 2.200 kilómetros de calles. Y cada año bailan un poco más: el tráfico de Madrid ha aumentado un 10% en cuatro años, y la congestión supuso perder 250.000 horas cada día a los conductores que quedaron atrapados en el atasco.El Ayuntamiento elabora cada cuatro años un mapa de intensidades de tráfico de las calles de la capital, en el que las más gruesas representan a las más frecuentadas. El último de ellos, que corresponde al año 1992 y acaba de ser conocido, muestra que el tráfico ha engordado las vías de la periferia y la Castellana, mientras que las calles del centro han mantenido la línea (kilo más, kilo menos).

Las nuevas carreteras han permitido eludir un cuatrienio más el colapso total, aunque han atraído nueva clientela. Si se hiciera una media, cada calle tocaría a 30.000 vehículos diarios. Pero, también en cuestiones de tráfico, cada palo aguanta su vela y las vías donde más cera arde son los llamados cinturones: la M-30, el eje de la Castellana, la M-40 y el anillo interior formado por Raimundo Fernández Villaverde, Joaquín Costa, Francisco Silvela, Doctor Esquerdo y las rondas.

Entre 1988 y 1992 -periodo en que el volumen de vehículos en las calles de Madrid creció más de un 10%- el parque móvil de la región se incrementó en más de medio millón de vehículos, según los datos registrados por la Dirección General de Tráfico. A finales de 1992 ascendía a 2.486.990 vehículos, de los cuales dos millones eran turismos.

"El tráfico ha experimentado una mejoría en conjunto, beneficiado por los nuevos tramos de la M-30 y la M-40", explica Sebastián de la Rica, director de servicios de Circulación del Ayuntamiento.

Esta aparente bonanza no se hace sentir en el corazón de la ciudad, debido, entre otras cosas, a las múltiples zanjas de obras que castigan sus calzadas. A pesar de que ahí ha descendido el número de vehículos: en el interior del anillo comprendido entre los bulevares, la Castellana y Bailén se registró un 1,5% menos de tráfico. Por el contrario, entre este anillo y el formado por las calles de Doctor Esquerdo, Francisco Silvela y las rondas de Atocha, Valencia y Toledo, la circulación aumentó un 11%, y entre esta área y la M-30 subió hasta un 10%.

"Si no se hubieran abierto las nuevas vías de circunvalación, la ciudad estaría colapsada", apunta Luis Gil Dueñas, jefe del departamento municipal encargado de elaborar el mapa de intensidades medias de tráfico. Aunque, según apunta Dueñas, no siempre es posible ligar la apertura de una vía con el descenso de la intensidad media de vehículos en otro punto. Algunos casos saltan a la vista.

La apertura de los tramos sur y este de la M-40, desde la carretera de Extremadura hasta la de Burgos, ha descargado la M-30 por el este. Esta vía ha perdido en la zona del puente de Ventas más de 100.000 vehículos, absorbidos por el cuarto cinturón.

El tramo de la circunvalación M-30 que parte del cruce con la carretera de La Coruña le ha robado a esta vía más de 30.000 clientes diarios, que prefieren las riberas del Manzanares al Arco del Triunfo.

Uno de los sistemas preferidos por el Ayuntamiento para reducir la congestión del tráfico ha sido la construcción de pasos subterráneos. El mapa de intensidades de tráfico ofrece los primeros datos para evaluar la eficacia de los pasos a distinto nivel construidos por el gobierno municipal.

Los nuevos túneles de Cristo Rey, avenida de América y plaza de Castilla han tenido un efecto multiplicador para el tráfico. Las calles que pretendían aliviar han sufrido fuertes incrementos en las intensidades medias diarias en comparación con el mapa de 1988. Entre 20.000 y 30.000 vehículos más en la Castellana (plaza de Castilla). Cea Bermúdez (Cristo Rey) registra 20.000 vehículos más. María de Molina y avenida de América crecen también, aunque más ligeramente, 3.000 vehículos más.

La nueva distribución de la plaza de Atocha, con la apertura de la estación del AVE, ha atraído mucha clientela a la zona. El cambio de cara de la glorieta le valió a la calle de Infanta Isabel (el tramo de la avenida Ciudad de Barcelona más próximo a la plaza) la subida más fulgurante en la lista de calles más transitadas: pasó del décimo al tercero.

El tráfico crece y se desborda por las nuevas vías, pero el Ayuntamiento no se plantea restringir el paso al centro. Los conductores continuarán teniendo acceso libre al atasco.