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4 presidentes regionales apadrinan el bautizo de la casa de Madrid en Europa

Lluís Bassets

"Un gusto, un honor y una alegría". Con estas tres palabras expresó ayer el presidente de la Comunidad de Madrid, Joaquín Leguina, sus sentimientos en relación con la oficina inaugurada por la región de la capital de España en la capital de Europa. Le acompañaban varios presidentes autonómicos más: el de Castilla-La Mancha, José Bono; la de Murcia, María Antonia Martínez; el de Extremadura, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, y el de La Rioja, José Ignacio Pérez Sáenz.

El presidente de la Asamblea, Pedro Diez, y el alcalde de Madrid, José María Álvarez del Manzano, también se desplazaron hasta Bruselas para asistir a la inauguración. El presidente madrileño aseguró que "Europa crece en problemas, como se está viendo hoy [por ayer, en referencia a las negociaciones de ampliación de la Unión Europea], en demograría y en sus regiones, que se constituyen mañana en el nuevo Comité". Casi todos los presidentes autonómicos se hallan desde ayer en la capital belga para asistir a la sesión constitutiva del Comité de las Regiones de Europa, una nueva institución creada por el Tratado de Maastricht.Leguina precisó que la oficina madrileña garantiza "la presencia, pero no la representación", dando a entender que sólo España cuenta en propiedad con la representación oficial ante la Unión Europea.

La inauguración de la oficina de Madrid, alrededor de unos canapés y de unos vinos, no estuvo rodeada de protocolo alguno. Leguina se limitó a desgranar una frases protocolarias ante los ciudadanos, principalmente madrileños, que llenaban el local.

Oficina elegante

La oficina de Madrid en Bruselas es un piso de 160 metros cuadrados, en un edificio funcional situado en una de las avenidas más céntricas de la ciudad. A diferencia de otras oficinas de autonomías españolas y de otras regiones europeas, no se halla en el barrio de las instituciones comunitarias, sino en, la zona comercial más animada y elegante de Bruselas. Tres funcionarios -dos juristas y una secretaria- se encargarán del funcionamiento de la delegación.

Con ésta son doce las comunidades autonómas que cuentan con presencia en la capital de la Unión Europea. Este tipo de oficinas realizan tareas parecidas a los grupos de presión, pero también informan a las empresas, instituciones y ciudadanos interesados por los programas, iniciativas y subvenciones de la Unión Europea, y apoyan la actividad de comunidades en sus gestiones en Bruselas.

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Sobre la firma

Lluís Bassets
Escribe en EL PAÍS columnas y análisis sobre política, especialmente internacional. Ha escrito, entre otros, ‘El año de la Revolución' (Taurus), sobre las revueltas árabes, ‘La gran vergüenza. Ascenso y caída del mito de Jordi Pujol’ (Península) y un dietario pandémico y confinado con el título de ‘Les ciutats interiors’ (Galaxia Gutemberg).

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