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Clinton defiende dramáticamente el honor de su mujer en el 'caso Whitewater'

El presidente Clinton calificó ayer de "histérico" el comportamiento de los republicanos en el caso Whitewater y defendió la integridad de su mujer, Hillary, con un énfasis que rozó lo dramático. "Nunca en mi vida he conocido a nadie con un sentido más fuerte de lo que es correcto y lo que no lo es". "Si todo el mundo tuviera un carácter tan firme como el suyo, no tendríamos ni la mitad de los problemas que tenemos hoy", añadió Clinton, subrayando sus palabras con un gesto de gravedad y pequeños golpes en el atril del micrófono.El presidente reiteró una vez más que Whitewater no es Watergate y dijo que en otoño supo que se había abierto una investigación sobre el caso, pero que no hubo nada "fraudulento" en el hecho de haber sido alertado. La energía del contraataque demuestra la preocupación que provoca el asunto, tanto por las dudas de destacados congresistas del Partido Demócrata sobre la actuación de la Casa Blanca en el caso Whitewater como por la ofensiva desatada por los republicanos.

El fiscal especial Robert Fiske, por su parte, salió ayer al paso de la posibilidad, evocada por el influyente congresista demócrata Dan Rostenkowski, de que el Congreso llevara a cabo sus propias averiguaciones "porque eso supondría un serio riesgo para la integridad de la investigación".

Citaciones

A corto plazo, la escena política va a estar ocupada por las citaciones del próximo jueves a altos cargos de la Casa Blanca y del Tesoro para que expliquen sus reuniones sobre la investigación de los lazos entre la fallida inversión inmobiliaria de los Clinton en los años ochenta y la quiebra del banco ligado al proyecto. El presidente aseguró ayer que no habrá abuso de poder y reclamó tiempo: "Si he hecho algo incorrecto, surgirá en la investigación del fiscal independiente. Dejemos que siga su curso".

Desde la dimisión del asesor jurídico de la Casa Blanca, Bernard Nussbaum, el sábado pasado, la batalla dialéctica, a través de los diferentes canales de televisión, ha subido diversos grados. En el campo republicano, el senador Phil Gramm, de Texas, pronosticó en la ABC que Clinton "está cavando su tumba".

Gramm, que aspira a ser candidato de su partido en 1996, advirtió al presidente que Watergate tuvo un comienzo similar al de Whitewater y que si quiere completar su mandato de cuatro años, debe empezar por "sincerarse con los norteamericanos". El congresista Jim Leach, de Iowa, que forma parte del Comité de Asuntos Bancarios de la Cámara, aseguró ayer en la NBC que habrá revelaciones "de proporciones devastadoras".

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Desde las trincheras de la asediada Casa Blanca, George Stephanopoulos, asesor de Clinton, dijo en la ABC que la incapacidad de los republicanos para ofrecer alternativas a los problemas del país les lleva a explotar políticamente la situación.

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