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GUERRA EN LOS BALCANES

Macedonia lucha por su identidad

El doble embargo que sufre el país balcánico lo ha convertido en un gran bazar

ENVIADA ESPECIALLa variedad de los huéspedes en el hotel Grand en Skopie, la capital de la Antigua República Yugoslava de Macedonia, sintetiza la situación político-económica que vive el país. En la habitación 717, los 46 aduaneros de diferentes países que observan el cumplimiento del embargo internacional contra de Serbia en la frontera macedonia, redactan sus informes.

Cuando bajan a la cafetería, esos aduaneros beben zumo de naranja producido en Valjevo (Serbia), a pesar de que las exportaciones de Serbia estén prohibidas, y, a su lado, hombres de negocios serbios, macedonios, eslovenos, griegos y albaneses pactan acuerdos y negocian porcentajes y beneficios de las importaciones y exportaciones a Serbia. Los controladores del embargo y los violadores del embargo comparten el mismo techo. Los ruidosos periodistas griegos, los negociadores internacionales que median entre Skopie y Atenas, los comerciantes con las grandes bolsas de cuero llenas de dólares, pues todos los pagos se realizan en efectivo... se cruzan en los ascensores y los restaurantes.

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El aduanero británico Colin Gazeley sonríe a la pregunta sobre si se cumple el embargo. "Si no estuviéramos, sería peor", asegura. "La dependencia económica entre Macedonia y Serbia hace imposible el cierre hermético de la frontera", pero el número de los camiones cruzándola ha sido reducido a la mitad. "De todos modos, no se trata de los productos estratégicos".

Presiones griegas

Grecia se niega a reconocer a Macedonia y exige el cambio de nombre del país (alegando que oculta pretensiones expansionistas sobre la provincia griega de Macedonia), que se ponga fin el uso del símbolo de sol de Vergina (la tumba de Filipo, padre de Alejandro Magno) en la bandera nacional y la eliminación del párrafo constitucional que promete la protección de la minoría macedonia en los países vecinos. "Si cambiaran el nombre del Estado, los macedonios perderían su identidad", explica VIadimir Milcin, director de teatro y presidente de la Fundación Soros. "El nombre no puede cambiar", es categórico Ljupco Georgüevski, dirigente del partido nacionalista VMRO. Stojan Andov, presidente del Parlamento opina. "Podemos negociar directamente con los griegos, pero sin condiciones previas

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Macedonia es producto de la impresionante mezcla de las etnias balcánicas. De ahí la constante lucha por definir la identidad propia y subrayar la diferencia con los búlgaros y los serbios, sobre todo. "Fuimos los últimos en prepararnos para la independencia", recuerda Dusan Petrevski, presidente de la Cámara de Comercio. Un 90% del transporte de mercancías se efectuaba, antes del embargo, a través de Serbia; la red de suministro eléctrico pasa por Serbia; muchas fábricas funcionaban como complemento de las serbias.

Macedonia afronta dos embargos: al sur, el impuesto por Grecia y al norte, debería cumplir el que pesa sobre Serbia. Petrevski rechaza la acusación de que las empresas macedonias estén violando el embargo serbio, pero basta echar un vistazo a la frontera bloqueada con las filas de camiones de matrícula macedonia cargados de todo -desde escobas a ganado pasando por estufas, productos alimenticios o periquitos- para saber que la frontera es de los más poroso.

Mientras tanto, las grandes fábricas de la época socialista están en quiebra. Más de 180.000 obreros en paro no tienen ninguna posibiidad de conseguir empleo. La transformación estructural de la economía ha sido lenta: en parte debido a la dificultad del proceso de reconocimiento diplomático y la entrada en las instituciones financieras internacionales y en parte por el mantenimiento, casi intacto, de los viejos mandos comunistas distribuidos en los diferentes partidos políticos. Al mismo tiempo, el presidente macedonio Kiro Gligorov, comunista de toda la vida, es responsable, según sus amigos y enemigos políticos, de que Macedonia haya logrado neutralizar a sus nacionalistas más exacerbados, dispuestos a entrar en conflicto armado, con el Ejército yugoslavo antes de que se retirara, lo que permitió lograr una independencia sin que se derramara una gota de sangre.

Equilibrar los intereses regionales en Macedonia es complicado. Albania no esconde su influencia en las luchas internas dentro del Partido de Prosperidad Democrática (albanés) al que se imputa la implicación en un tráfico de armas que llevó a la cárcel a 10 personas, entre ellas el viceministro de Defensa macedonio, Husein Haskai. La hostilidad griega estrangula económicamente al país. Bulgaria y Turquía ofrecen sus buenos servicios. Sin embargo, Sofía niega la existencia de la etnia macedonia en su suelo y Ankara compite con Grecia por la influencia en los Balcanes.

Las dificultades de reconocimiento y el embargo griego tiene a la población movilizada en torno a la defensa del joven Estado, lo que pospone la solución de numerosos problemas, entre ellos los económicos. Mientras la producción disminuye a un ritmo del 15% desde 1989, el comercio y el contrabando mantienen viva la actividad económica. Algunas empresas, explica Katerina, experta en el trapicheo económico, sobreviven gracias al dinero conseguido de las empresas serbias por prestar el nombre, las facturas, las etiquetas y efectuar las transaciones monetarias internacionales. "Se ha creado enormes fortunas personales", señala Katerina. Coches Mercedes y BMW a toda velocidad por las polvorientas calles de Skopie son el símbolo de la nueva clase social surgida con el embargo en contra de Serbia y gracias a la prosperidad del gran bazar balcánico.

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