Fiestas de Minas
La clausura de las fiestas semanales universitarias de Minas, que solían celebrarse cada sábado en la calle de Alenza, es algo que no debe quedar en el sordo lamento de los que frecuentábamos las mismas y que ahora nos sentimos huérfanos de la sincera y espontánea amistad que allí se nos brindaba.En este Madrid donde abundan locales de ocio tales como discotecas, pubs y bares diversos, el cierre de un local aparentemente no tiene importancia; sin embargo, las fiestas de Minas tenían un ambiente muy especial y diferenciado de los demás locales, de diversión y encuentro de nuestra ciudad, llegando a ser poco menos que imprescindible, al menos para los que acudíamos allí una semana tras otra.
En una sociedad como la actual, donde la gente se mueve en herméticos círculos cerrados, apáticos a quien les es ajeno, las fiestas de Minas representaban la antítesis a esta enfermedad urbana, génesis de corazones solitarios. Allí, cada sábado, nos encontrábamos gente muy diversa con la seguridad de que seríamos aceptados tal y como somos, sin cita telefónica previa; sabíamos que siempre encontraríamos una cara amiga y con un poco de suerte hasta ligaríamos..
Pero ahora, inexplicablemente, nos han privado de nuestro refugio común, y por ello quiero pedir a quien corresponda que estas entrañables fiestas vuelvan a celebrarse.-
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