La policía francesa investiga una conjura mafioso-política en la muerte de una diputada

Los asesinos de Yann Piat, la diputada francesa muerta a tiros el pasado viernes, pertenecen a la rampante mafia local de la Costa Azul. Esa es la hipótesis sobre la que trabaja la policía, que intuye una oscura conspiración de delincuentes y políticos tras el asesinato de la diputada. Entre los 26 interrogados hasta el momento figuran al menos dos miembros de la asamblea local, el Consejo Regional del Var, ambos pertenecientes al conservador Partido Republicano, el mismo en que militaba Piat. El propio ministro del Interior, Charles Pasqua, ha manifestado que el caso Piat permitirá "sanear la región".La trayectoria política de Piat permitía todo tipo de suspicacias. Ahijada del líder ultraderechista Jean-Marie Le Pen, se integró hace 10 años en el Frente Nacional y en 1986 entró en la asamblea regional como diputada lepenista. No tardó en distanciarse, sin embargo, de su padrino y de la gente que le rodeaba, y en 1988 saltó al Partido Republicano, integrado en la Unión para la Democracia Francesa (UDF) del ex presidente Valéry Giscard d'Estaign. Desde ahí se convirtió en acusadora contra la corrupción imperante en la Costa Azul.

Una información ampliamente difundida, pero desmentida ayer por la policía, señalaba incluso que la diputada había escrito justo antes de su muerte una lista de acusaciones detalladas contra hombres de negocios y políticos locales. Yann Piat viajaba en automóvil con su chófer cuando fue ametrallada, el viernes por la noche, desde una motocicleta de gran potencia. Según el testimonio del conductor, que salió del atentado herido pero con vida, el asesinato fue obra de dos hombres jóvenes. Rápidamente se pensó en un crimen por encargo, realizado por profesionales, y las primeras sospechas se dirigieron hacia las mafias italianas. Pero los dos hombres cometieron numerosos fallos: se dejaron ver a bordo de la aparatosa motocicleta, robada, horas antes del crimen, por lo que la policía contó inmediatamente con descripciones de su aspecto; dejaron al chófer con vida; e intentaron deshacerse de su vehículo quemándolo parcialmente en una calle céntrica.

La policía concluyó que el crimen fue, probablemente, efectuado por encargo, pero que los autores no eran demasiado profesionales. La investigación se concentró desde ese momento en los ambientes locales y, tras las primeras pesquisas, 26 personas fueron convocadas a comisaría. El grupo estaba formado por delincuentes y políticos.

A la vista de las primeras declaraciones, el Ministerio del Interior decidió poner al frente de las investigaciones a uno de los principales policías de Francia, Jacques Franquet, director de la Policía Judicial. Entre los interrogados hasta ahora destaca Joseph Sercia, miembro del Partido Republicano como Yann Piat, vicepresidente del Consejo Regional del Var y presidente de la comisión local de vivienda.