Monzó
La memoria ya no puede ser lo que era cuando nos sabíamos los afluentes de todos los ríos de España y alguno de Alemania. Pero me sorprende la escasa memoria que ha quedado de la supresión del programa del Gran WyoMing en TVE como remate infeliz de la abracadabrante prohibición de la actuación de Quim Monzó, al que la cultura general más obligatoria debería conocer como uno de los mejores escritores en lengua catalana, conocimiento de fácil comprobación porque ha sido traducido. al castellano y publicado por Editorial Anagrama. Dentro de la mejor escritura en catalán, Monzó representa la mirada heterodoxa, relativizadora, distinta y distante y la aportación de un lenguaje definitivamente posrenacentista, y es que la novedad del lenguaje en narrativa depende de la novedad de la mirada y la inteligencia aplicada sobre los seres humano! y las cosas..Que un escritor tan considerable haya sido represaliado por un ente democrático público dedicado a la comunicación democrática es absolutamente escandaloso. Si la prohibición la hubiera ejercido un ente predemocrático, antidemocrático o posdemocrático. sería relativamente escandalosa. Pero tanto escándalo debe merecer el maccarthysmo de nuevo cuño como las complicidades de pensamiento, palabra, obra. y omisión, que ha despertado, bien sea por clientelismo, amiguismo o como una muestra más del espíritu de ¡que le den al mono, y mucho más si el mono es catalán! Es más. Algunos han celebrado que le hayan dado al mono sin darse cuenta de que por el camino han represaliado al Gran Wyoming y por poca, audiencia y escasa calidad de su programa, es decir, maccarthysmo, con recochineo y perpetrado por gentes que saben quién fue MacCarthy y que deberían saber quién es y qué es Quim Monzó. Algunos por su propia memoria histórica, otros aunque sólo fuera por paisanaje.
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