La policía mata en Argel al máximo líder del grupo radical integrista GIA

Yaafar el Afgani, máximo líder de la organización radical integrista de Argelia GIA (Grupo Islámico Armado), murió el sábado por la noche en la capital del país en el transcurso de una operación policial registrada en el barrio de Buzarea, en las afueras de la ciudad. En la refriega fallecieron otros nueve activistas, según anunció ayer la radio estatal argelina, que citó fuentes de los servicios de seguridad.

El dirigente radical integrista, cuyo verdadero nombre es el de Si Ahmed Murad, de 29 años de edad, estaba considerado como inspirador y promotor de las operaciones dirigidas contra los residentes extranjeros en Argelia, que se iniciaron el pasado septiembre y que han costado ya 28 víctimas, una de ellas española. "Es legítimo", aseguraba, "que ataquemos a judíos, cristianos y apóstatas, porque son los apoyos de una conjura colonialista profanadora y el símbolo vivo de una ocupación".Las fuerzas de seguridad le consideraban asimismo responsable del secuestro de los tres funcionarios de la Embajada francesa, perpetrado el pasado mes de octubre, en pleno centro de la capital. La policía argelina logró liberarlos una semana después.

Yaafar el Afgani, un profesor de música, veterano de la guerra de Afganistán, se convirtió en el máximo responsable del GIA a finales del pasado verano, en el transcurso de un cónclave secreto, efectuado en los alrededores del Gran Argel, al que asistieron los principales señores de la guerra argelina.

Su predecesor, Abdelkader Layada, había sido detenido en el mes de julio por la policía en Marruecos, cuando trataba de viajar a Bélgica para asistir a una reunión de la guerrilla integrista en la que se intentaba unificar las fuerzas y comandos disponibles y las estrategias a seguir contra el régimen argelino.

Yaafar El Afgani (conocido como Yaafar Seif-Alá, el fuego de Dios), había sido sentenciado a la pena capital por el Tribunal Especial de Argel. Su cadáver fue identificado el sábado. Ayer proseguía la identificación de los otros nueve miembros del GIA abatidos por la policía. Las fuerzas de seguridad consideran que se trataba de sus más cercanos colaboradores.

La muerte de El Afgani (cuyo sobrenombre proviene del tiempo que pasó combatiendo en Afganistán contra las tropas de la extinta Unión Soviética) se produce cuatro días después de que la policía acabara con la vida de otro jefe islámico radical, Toufik Hatab, muerto el pasado miércoles en un enfrentamiento en Ben-Zergua, en las proximidades de Argel.

La desaparición del máximo líder del GIA ocurre dos semanas después del comienzo del Ramadán y en medio de una nueva oleada de violencia política en Argelia.

En estos 15 días han perdido la vida 76 militantes islámicos, 12 agentes de las fuerzas de seguridad y 22 civiles, entre ellos el librero francés de origen español Vicente Grau, que había recibido amenazas del GIA para que cerrara su establecimiento y abandonara Argelia. En el mismo período han sido incendiados varias decenas de locales públicos: escuelas, ayuntamientos y centros de salud. Sólo en los últimos tres días, 16 activistas islámicos han muerto en diferentes incidentes, en los que también han sido abatidos ocho civiles, según anunciaron ayer los servicios de seguridad argelinos.

Opuestos al FIS

Durante los seis meses que ha durado el mandato de Yaafar El Afgani, el GIA ha radicalizando sus posiciones no sólo con respecto al régimen argelino, sino también con referencia a sus rivales del Frente Islámico de Salvación (FIS) y a su brazo militar, el Movimiento Islámicó Armado (MIA), que propugnan una salida política a la crisis en la que se encuentra inmersa el país desde hace más de dos años.

El Gobierno argelino suspendió en enero de 1992 la celebración de la segunda vuelta electoral e ilegalizó al FIS en marzo de ese año. La formación integrista había vencido claramente en la primera vuelta electoral, el 26 de diciembre de 1991, y amenazaba con instalar una república islámica en Argelia.

Frente al tenue acercamiento entre el FIS y el régimen argelino, el GIA rechaza "todo diálogo, toda tregua y toda reconciliación" con el poder.