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El Centro Pompidou, víctima de su éxito, necesita una renovación

25.000 personas visitan cada día el museo de arte parisiense

"El Centro Pompidou ha cumplido 17 años, pero es como si tuviese 70% confesó a este periódico un portavoz del taller del arquitecto Renzo Plano, el mismo que levantó el edificio y que ahora ha recibido el encargo de repararlo y remodelarlo. "Se construyó en un periodo optimista, sin preocuparse demasiado del mañana ni prever los peligros del éxito", añadió. El centro tenía que acoger un máximo de 7.000 visitantes por día, pero son 25.000 las personas que suben y bajan por sus escaleras mecánicas diariamente.

"En un principio, su cuidado y gestión comportaba 300 trabajadores, pero en 1993 ya eran 1.500. El Museo Nacional de Arte Moderno [MNAM] se inauguró con un fondo de 7.000 obras, pero compras y donaciones han aumentado la colección hasta 30.000. Todas esas cifras explican el envejecimiento de las instalaciones, así como la necesidad de repensarlas", afirma el portavoz.Renzo Piano Building Workshop niega que "el visitante corra el menor peligro en el Beaubourg. El Grand Palais ha habido que cerrarlo por problemas de cimentación que amenazaban la seguridad de las personas, pero aquí de lo que se trata es de pintar, ampliar, adaptar, y de modificar todo el espacio exterior para devolverle a la instalación el prestigio que le corresponde". Y detrás de la palabra prestigio está la degradación del barrio debido a factores parcialmente ajenos al Beaubourg, que también ha visto cómo su amplísimo vestíbulo servía, un invierno tras otro, de cobijo de mendigos.

El cierre total del Centro Pompidou por obras supondría que París se quedaría durante 18 meses sin una instalación que, cada año, visitan más de ocho millones de personas. El ministro de Cultura, Jacques Toubon, que tuvo que comenzar su mandato clausurando el Grand Palais, teme pasar a la historia como el "ministro de los cierres" y prefiere que esos 18 meses se conviertan en cinco años de trabajos de renovación hechos por etapas. Además, según el ministro, cerrar supone una inversión masiva de dinero, mientras que de la otra manera los pagos -unos 9.000 millones de pesetas- pueden escalonarse.

"Es obvio que, al margen de los problemas del deterioro del edificio, pesa mucho el deterioro del barrio", explica el portavoz de Renzo Piano. Las galerías de Les Halles atraen a gente que vive de la pequeña delincuencia. Y Les Halles están vecinas al Beaubourg. Eso ha hecho que la gran plaza de delante del Centro se haya convertido en una especie de corte de los milagros. Uno de los primeros objetivos del proyecto de Renzo Piano es liberar a través de la arquitectura y el urbanismo la piazza y todos los alrededores del Centro de esa gente. Se acabaron, pues, los pedigüeños, los malabaristas, los faquires amateurs o los encuentros furtivos en las sombras. "La iluminación del entorno va a ser enteramente revisada y estudiamos cómo debe ser para que pueda permanecer encendida toda la noche".

El arquitecto tiene que resolver cómo proporcionarle al MNAM los 5.000 metros cuadrados suplementarios que reclama o cómo ampliar la biblioteca sin que eso suponga prescindir de salas necesarias, pero, al mismo tiempo, se le exige que libere el Centro de los visitantes considerados indeseables. Resumiendo, la imagen de la ciudad y sus gestores exigen del arquitecto que actúe como un policía light que, a base de parterres, luces, células fotoeléctricas, escaleras y monumentos, logre lo que la porra de los agentes no ha conseguido.

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