La 'lista de SchindIer' vive en Bosnia
En un viejo edificio del Sarajevo antiguo hay una estrella de David. En la puerta, un cuidado cartel dibujado sobre un candelabro de seis brazos informa: La Benevolencija, 1892. Sociedad humanitaria y culturaljudia. Los judíos desperdigados por el mundo y sus redes de socorro sostienen con dinero y ayuda material a La Benevolencija, que ha sacado de Sarajevo a más de 3.000 personas desde que comenzó la guerra. "Unos 1.200 eran judíos; el resto, gente mayor y enferma, pero también mujeres y niños", asegura el doctor Igior Gaon, consejero médico. A modo de lista de chindler, la organización lleva un registro de todos los que quieren abandonar la capital. Cuando el cupo que negocian con todas las partes implicadas (serbios, bosnios, Naciones Unidas) se agota, se vuelve a empezar y se prepara un nuevo convoy.En la capital de Bosnia viven ahora unos 600 judíos; de ellos, aproximadamente 500 sefardíes. Entre guerras llegaron a ser casi un cuarto de la población de Sarajevo. La Benevolencija, en ladino, ha funcionado y sigue funcionando como la única organización capaz de sacar a centenares de personas de Sarajevo, principalmente judíos, pero no sólo.
A comienzos de este mes, un convoy con 280 integrantes pudo abandonar la ciudad. Huir de un lugar machacado durante años por un enemigo implacable es la principal aspiración de mucha gente de todas las edades.
Ayuda multiétnica
Nos jactamos de ser una organización multiétnica. Aquí trabajan musulmanes, serbios y croatas, y nosotros -a diferencia de otros grupos de ayuda volcados casi exclusivamente en su propia gente atendemos a todos", dice el doctor Gaon. "De las más de 500 comidas que damos gratis al día, sólo 50 son para judíos, y lo mismo sucede con nuestras tres farmacias, en las que obtiene medicamentos gratuitos mucha gente de Sarajevo".A través de su emisora conectan Sarajevo con el exterior, vía Zagreb. Recogen y distribuyen cartas, utilizando la ciudad de Split como centro, y organizan convoyes con ayuda humanitaria; el último, de 16 camiones con 350 toneladas de víveres, ropa y utensilios. Mantienen permanentemente tres dispensarios con tres médicos y enfermeras.
El doctor Gaon admite que tienen que salvar dificultades formidables, pero reconoce que para ellos es más fácil. Para la gente de la calle, los judíos de Sarajevo tienen una influencia impensable para otras comunidades, aunque la opinión general es casi unánime: no sólo se ayudan entre ellos; ayudan también, y des interesadamente, a los otros.
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