Leguina reconoce que apoyó a PSV aunque desconfiaba desde el principio del proyecto

Los partidos políticos de la Asamblea de Madrid discutieron ayer -durante casi cinco horas- sobre las causas del fracaso de PSV, su situación actual y su viabilidad futura, pero no llegaron a acordar, en la práctica, ninguna acción concreta. El presidente regional, Joaquín Leguina, pronunció un discurso en tono indignado en el que -frente a las acusaciones del PP de haber favorecido a la cooperativa ligada a UGT- reconoció que había "apostado e impulsado el movimiento cooperativo sindical". Sin embargo, aseguró que pronto se desmarcó tanto de los gestores, de PSV como de los ex responsables de Política Territorial, encabezados por Eduardo Mangada, que él mismo había nombrado.

Leguina, en su análisis del caso PSV, tuvo palabras críticas de recuerdo para todo el mundo, pero ningún reproche a su responsabilidad. Los cooperativistas invitados entre el público de la Asamblea regional, y por extensión los pocos que se concentraron en la calle -a 200 de la promoción de Valdebernardo, la policía no les dejó ni acercarse- tuvieron ocasión de presenciar las dos caras de la política. De un lado, el debate intenso, acalorado y brillante en algunas fases. Por el otro y al final, cuando llegó la hora de aprobar las resoluciones, las argucias.El PP propuso en una enmienda una comisión de investigación sobre el caso PSV y sus relaciones con la Comunidad de Madrid. La alianza de Izquierda Unida con el PSOE condenó la iniciativa al fracaso.

IU había tramitado, por su parte, que se formara una comisión de seguimiento dentro de la de Política Territorial -con un diputado por grupo- para estudiar y analizar todo lo relativo al plan de viábilidad de PSV. El PP aprovechó que IU había añadido in voce esta posibilidad a su proposición de ley reglamentaria e inscrita en el registro para recordar que este tipo de enmiendas deben ser aceptadas por todos los grupos. Gracias a éste trámite, boicoteó la iniciativa.

Hueca oratoria

Sencillamente, después de horas de la más variopinta oratoria, los diputados abandonaron el salón de plenos de la Asamblea sin acordar nada. El PSOE sí aceptó tres sugerencias planteadas por IU para instar al Gobierno central a que se no se abandone la intervención judicial de la cooperativa hasta que se haya asegurado la supervivencia del proyecto. Los socialistas también apoyaron otra proposición de IU encaminada a gestionar créditos con Caja Madrid y otras entidades bancarias, y una tercera en la que se reclamó del consejero de Política Territorial, José María Rodríguez Colorado, que se presente en un mes un informe de la cooperativa por promociones.El largo debate previo entre los portavoces alcanzó la máxima atención cuando Leguina subió a la tribuna. Di o que le provocaba cierta "indignación" la gestión que se había hecho de PSV. Eludió responder si la Comunidad había favorecido a esta cooperativa con adjudicaciones prioritarias de suelo -como le acusó el PP- para precisar que el Consejo de Gobierno había "apostado por el movimiento cooperativo sindical".

Leguina afirmó sentirse tan engañado como los cooperativistas, pero luego les achacó a éstos haber aprobado en mayo de 1993 las cuentas de PSV. También arremetió contra el Ayuntamiento de Madrid: "Si nosotros hemos tratado privilegiadamente a PSV, el Ayuntamiento más".

Joaquín Leguina desautorizó a los dos máximos responsables anteriores de la Consejería de Política. Territorial. Rectificó al ex consejero Eduardo Mangada al indicar -en contra de lo que éste afirmó en la madrugada del pasado miércoles en un programa de Telemadrid- que en PSV no hay responsabilidad política de gestión de la Comunidad. Sobre la marcha del ex viceconsejero Jesús Morón precisamente a la vicepresidencia de PSV dijo de le habría desaconsejado el polémico tralado.

El presidente del grupo parlamentario del PP, Alberto Ruiz Gallardón, culpó a Leguina de ser el "responsable político" del fracaso de PSV y reclamó que los anteriores gestores de la cooperativa -UGT y Carlos Sotos- respondan con su patrimonio del agujero económico creado antes de pedir dinero público.