Cantoblanco informatiza sus fondos bibliográficos

Los ordenadores han llegado a la bibliotecas de las facultades de Ciencias, Biología, Económicas y Psicología de la Universidad Autónoma. La tecnología se impone en el campus de Cantoblanco y se entierran, por fin, los clásicos ficheros de madera en los que se apiñaban las fichas de los autores, amarillentas ya por el paso del tiempo. E coste de la informatización ha sido superior a los 148 millones de pesetas.Los alumnos pueden buscar un libro sin saber el autor. Con sólo teclear una palabra clave aparece en pantalla un listado con todos los ejemplares sobre ese tema. Además, se puede saber si el libro está prestado, cuántos ejemplares hay, qué condiciones de préstamo tiene, en qué facultad está el libro. El manejo del ordenador es fácil. Pero el entusiasmo de los universitarios es mínimo. "Tampoco le veo yo tanta utilidad. He utilizado el ordenador un par de veces; cuando no he visto un libro en los estantes, entonces sí lo he consultado, pero para nada más", afirma Eduardo Font, de 20 años, estudiante de segundo curso de Químicas.

Quien tampoco usa ninguno de los cuatro terminales instalados en la sala de lectura de la Facultad de Ciencias -vigitada a diario por 1.500 alumnos- es Susana López, de 24 años, que este año finaliza la carrera de Matemáticas. "Apenas lo uso, porque yo sé muy bien lo que tengo que buscar. Es cómodo cuando no tienes suficiente información sobre un autor. Antes era un lío", aclara Susana López.

Con las manos sobre la cabeza y absorto en sus apuntes de química estudia José Luis Poderoso, de 20 años, poco asiduo a las pantallas de las bibliotecas. "Alguna vez lo habré utilizado para saber si un libro estaba prestado. Para lo único que sirve es para informarte de cosas asi , afirma este alumno de tercero de Químicas.

Todos los ordenadores están conectados a los terminales de las universidades de Baleares, Alcalá de Henares, Cádiz, Complutense, Málaga y varios centros británicos, con los que se puede transferir ejemplares. Pero los alumnos no tienen acceso a este servicio. "Sería un gasto de teléfono tremendo, porque la mayoría conectaría con estas facultades sólo para cotillear", afirma Carmen Hijón, directora de la biblioteca de Ciencias.