El pescador cuyo nombre fue usado en los DNI falsos dice que le ofrecieron dinero
Manuel Díaz, el pescador cuyo DNI fue utilizado, junto con los de otras personas, en el fraude fiscal en el que está supuestamente implicado el empresario José Felipe Bertrán de Caralt, afirmó ayer ante el, juez que un abogado, cuyo nombre dijo no recordar, le ofreció dinero a cambio de que guardara silencio y no denunciara el caso: "Me ofrecieron 2,5 millones para que me callara. El que vino me dijo que le iba a caer un paquete a su cliente. Y le contesté: '¿Qué quieres, que me caiga a mí?".
Parte de la sesión se convirtió en un desfile de personas cuyas identidades se utilizaron en el fraude, calculado por Hacienda en unos 2.000 millones de pesetas.Algunos datos de los DNI se alteraron para utilizarlos en las inversiones, principalmente en letras del Tesoro. Por ejemplo, el nombre era el mismo, pero la foto y la dirección se habían cambiado. Éste es el caso de Francisco Perea y Manuel Muñoz García. Otras veces no se modificaba ni la dirección ni los nombres, aunque si la foto, como les ocurrió a Francisco Rodríguez Gómez y al pescador de Huelva Manuel Díaz Muñoz -el hilo que destapó el fraude-
En los casos en que no se alteró ni la identidad ni la dirección, los aparentes titulares de las inversiones se encontraron con un requerimiento de Hacienda, que les reclamaba la tributación por una inversión millonaria en letras del Tesoro que no habían hecho.
Ayer las respuestas de todos ellos a las preguntas del fiscal fueron muy parecidas:
- Fiscal: "Usted invirtió 100 millones en letras del Tesoro?".
- Testigo: "No, señor. Yo no he invertido nada".
- Fiscal: "Usted retiró el dinero de la desinversión? ¿Es ésa su firma?".
- Testigo: "Ni ésa es mi firma ni he ido nunca a Barcelona a cobrar ninguna desinversión".
Sin duda, Manuel Díaz, el pescador de Huelva que dejó el mar hace años y ahora vive de la agricultura, es quien más se ha dirigido a bancos, a Hacienda y a la fiscalía, cada vez que recibía documentación o requerimientos fiscales sobre millonarias inversiones. Ayer, al explicarlo al tribunal, provocó sonrisas entre los 17 acusados.
Díaz relató que un día recibió una carta del Banc Catalá de Crèdit en la que se le informaba de los datos fiscales por una inversión de unos 30 millones de pesetas en letras del Tesoro. De esos datos se desprendía que tenía que pagar a Hacienda más de 200.000 pesetas. "Entonces", explicó Díaz, "hablé con el banco y les dije que yo no tenía ninguna inversión. Luego recibí la visita de una abogada de Jerez y más tarde el banco me envió un cheque de algo más de 200.000 pesetas por el error". Eso ocurrió en abril de 1989.
Días después recibió la visita de otro abogado, cuya identidad dijo no recordar, por una póliza de un crédito que también estaba a su nombre. "Me dijo que aceptara el dinero -2,5 millones- y yo le dije que ni, hablar".
Díaz también apareció como uno de los principales accionistas de Repsol -que no está relacionada con este procedimiento-. "Fui a Hacienda y les dije que nada de lo que apareciera a mi nombre era mío".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.