Un escándalo sexual de pilotos de la Armada de EE UU hace dimitir al almirante KeIso
Herido en su honor, el almirante Frank B. Kelso, de 60 años, jefe de Operaciones Navales de la Armada norteamericana, presentó ayer su dimisión después de que un juez militar asegurara hace 8 días que el almirante había sido testigo de varios actos de conducta impropia en el mayor escándalo de la Marina, el asunto Tailhook. El nombre procede de la asociación de pilotos de combate de la Marina, que cada año celebra una reunión en una ciudad de EE UU. La de 1991, en el hotel Las Vegas Hilton, resultó movida. Después de haberse celebrado, cuando todavía estaba George Bush en la Casa Blanca, se supo que los pilotos habían sometido a las mujeres presentes en la convención a diversas humillaciones y que la reunión se pareció más a una orgía que a un encuentro de combatientes.El secretario de Defensa, William Perry, quiso ayer mismo reparar el daño y se refirió a Kelso, el almirante con responsabilidades más elevadas en la Armada, como un hombre "de la más alta integridad y honor". Pero Kelso, de 60 años, no ha soportado la mera sospecha de que alguien pueda pensar que es un mentiroso y anunció su dimisión efectiva desde el 30 de abril, sin esperar a junio, cuando tenía previsto retirarse tras 37 años de servicio.
La exhaustiva investigación del escándalo (el Pentágono llevó a cabo más de mil entrevistas) concluyó con sanciones administrativas a 28 oficiales y cartas (que no implicaban sanciones) a 30 almirantes, entre ellos a Kelso, además de provocar la dimisión del jefe de la Armada. Pero un juez militar dijo el martes de la semana pasada, en el curso de los tres últimos procesos contra oficiales implicados, que había testigos que aseguraban que el almirante había presenciado al gunos números de la juerga del hotel de Las Vegas, como un concurso de afeitado de piernas.
Un testigo dijo que KeIso vió a un grupo de pilotos gritándole a una mujer que se quitara la parte de arriba del traje de baño, y que su único comentario fue: "¿Es posible que oiga lo que creo estar oyendo?". Lo más grave de las acusaciones es que el juez militar decía que el almirante había manipulado el proceso inicial de investigaciones y la posterior actividad disciplinaria para evitar que saliera a la luz su responsabilidad personal en el caso".
KeIso se indignó al conocer el informe del juez. Aunque el lunes dió a conocer algunos documentos que le exoneraban de responsabilidades, incluido un informe del inspector del Pentágono que investigó el caso, la duda abierta por las revelaciones ha bastado para que el almirante presentara su dimisión.
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