Disgusto por el retraso del debate sobre el estado de la nación

El aplazamiento del debate sobre el estado de la nación hasta después de la celebración del 33º Congreso Federal del PSOE ha disgustado a numerosos ministros del Gobierno, tanto independientes como afiliados al partido. La opinión más extendida en el Ejecutivo es que este aplazamiento ofrece una imagen negativa de subordinación, del Gobierno al partido.A juicio de los ministros consultados, el Gobierno debía haber continuado el ritmo de su funcionamiento sin dejarse condicionar por un congreso que no va a alterar su línea de acción. El Ejecutivo trabaja con el programa con el que el PSOE se presentó a las elecciones hace ocho meses y, además, el congreso socialista no va a plantearse un modelo diferente al plan de actuación gubernamental, que no contradice en nada la ponencia-marco a debatir en marzo, argumentan los ministros consultados.

Blindaje

Las tensiones partidistas afectan a la imagen del PSOE y, de rebote a la del Gobierno, pero no hacen mella en su funcionamiento, insisten. "Aquí ya se ha producido un blindaje", explican. "Las tensiones del partido ya no afectan como cuando coincidían, en el Consejo de Ministros Alfonso Guerra y Semprún".

"Éste es un Gobierno homogéneo, y desde hace tres años nos hemos acostumbrado a que la dirección del partido esté más preocupada por sus problemas internos y en lamerse sus heridas que en realizar una tarea de apoyo a la acción de gobierno, así que nos hemos acostumbrado", dice expresivamente un ministro afiliado al PSOE.

De todos modos, son muchos los ministros que están deseando que termine la etapa congresual para superar la imagen de división que "como tal imagen nos afecta", reconocen, al tiempo que lamentan que el congreso socialista no se haya celebrado antes.