Homenaje a Carmen Maura
Las 50 ediciones, los más de medio millón de ejemplares vendidos y las traducciones a 12 idiomas de Cómo ser mujer y no morir en el intento (1990), así corno el éxito de la adaptación cinernatográfica dirigida al año siguiente por la actriz Ana Belén, obligan a la periodista Carmen Rico-Godoy a escribir una segunda parte, Cómo ser infeliz y disfrutarlo (1991).Lo más curioso de esta segunda parte de la adaptación cinematográfica de Cómo ser mujer y no morir en el intento es que no es una comedia propiamente dicha, sino un melodrama disfrazado de comedia. Apoyada en la muerte del marido, por la que felizmente Antonio Resines desaparece en la segunda escena y sólo se le vuelve a ver en una leve vuelta hacia detrás que desequilibra la estructura narrativa, y en el embarazo no querido de la joven hija de la protagonista, tiene más partes tristes que alegres. Sin embargo, esto no ha impedido que el resto se rellene con escenas pretendidamente graciosas, donde la protagonista huye de los hombres que tratan de aprovecharse de su calidad de feminista viuda alegre, y el conjunto se venda como lo que podría denominarse "comedia de ejecutivos".
Cómo ser infeliz y disfrutarlo
Director: Enrique Urbizu. Guionistas: Carmen Rico-Godoy, José Luis García Sánchez. Fotografía: Ángel Luis Fernández. Música: Bingen Mendizábal. España, 1993. Intérpretes: Carmen Maura, Irene Bau Ramón Madaula. Estreno en Madrid: Proyecciones, Excelsior, Ideal y Parquesur.
Tal como ocurría en la primera parte, Cómo ser infeliz y disfrutarlo carece de estructura dramática propiamente dicha, sólo existe una acumulación de escenas en torno al personaje protagonista, precisamente jefa de la sección de Cultura del diario EL PAÍS y, a pesar de los esfuerzos de guionistas y director, la historia no avanza.
No obstante, el producto tiene una cierta consistencia, pero más por el trabajo de Carmen Maura que por estar correctamente rodado. En la medida que la película es un homenaje a ella, que aparece en el centro de todas y cada una de sus escenas, no podría concebirse sin ella y consigue una completa conexión con su personaje.
El máximo atractivo de la película reside en, contra lo que dice el tradicional proverbio, ser mejor que la primera parte, lo que tampoco es una alabanza excesiva.
Babelia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.