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Los grandes núcleos de chabolas siguen esperando las viejas promesas.

Las soluciones políticas no llegan a los nueve grandes poblados chabolistas de la región. Unas 1.700 familias gitanas, magrebíes y portuguesas siguen viviendo en chamizos. La mayoría, 1.100, están censadas en la lista del Consorcio para el Realojamiento de la Población Marginada y esperan desde hace años que la Comunidad y el Ayuntamiento se pongan de acuerdo sobre su futuro. El resto habita en los asentamientos más recientes de Boadilla del Monte, Majadahonda, Móstoles, Peña Grande, Pitis y San Fernando de Henares. Todas saben lo que son las promesas incumplidas.

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Políticos en el barro

1 Pitis (Fuencarral). Este poblado de inmigrantes portugueses no está incluido en ningún programa de realojamiento y, por ahora, no estorba en ninguna operación urbanística. En 1987, sus habitantes fueron expulsados y sus casetas derribadas, pero después regresaron. Sólo los voluntarios de Cáritas trabajan en la zona. Es uno de los pocos asentamientos donde apenas existe venta de droga.2 Casas de Diego y del Marqués (Majadahonda). En este municipio, de 34.000 habitantes, hay unas 90 chabolas en las que malviven 250 chabolistas de origen magrebí.

3 Boadilla del Monte. A unos 200 metros del casco urbano, en la carretera que une Boadilla del Monte (16.000 habitantes) con Brunete, se levantan cerca de 100 chabolas, donde se refugian doscientos trabajadores magrebíes. Estos inmigrantes, igual que los de Majadahonda y de otros municipios del noroeste madrileño, esperan la firma de un convenio entre ambos ayuntamientos y la Comunidad de Madrid para ubicar en cada uno de ellos cinco módulos que erradicarían en parte esta situación, informa Luis Esteban.

4 Cerro de Mica (Latina). Este poblado, con 217 chabolas divididas en seis barrios diferentes, ocupa unos terrenos destinados al parque de la Cuña Verde. Los vecinos de los alrededores no ven llegar el momento en que los chamizos desaparezcan para dejar paso al parque. Debía estar desmantelado en 1992. Está previsto el traslado de 90 familias a un asentamiento de casas prefabricadas en un aislado terreno de la carretera de Extremadura.

5 Camino de Pajarillas (Móstoles). Este poblado, ubicado en un terreno privado entre Villaviciosa de Odón y Móstoles (193. 000 habitantes), está formado por 55 chabolas. En él viven 300 personas de nacionalidad española, aunque sus padres y abuelos eran portugueses, informa Susana Moreno. En los tres años que llevan en este solar jamás se les ha atribuido ningún conflicto de droga o delincuencia. Allí llegaron procedentes de otras parcelas privadas, donde les ofrecieron 21 millones de pesetas si se iban. Pero 40 familias extremeñas que vivían con ellos desaparecieron con el dinero. Ahora también deben abandonar el camino de Pajarillas por orden de un juez. El Ayuntamiento asegura que no dispone de terreno municipal para realojarlos.

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6 La Celsa (Puente de Vallecas). En este asentamiento viven 109 familias gitanas. Estaba previsto su realojamiento para 1989. Años después se dio otro plazo: octubre de 1992. Pero las casetas destinadas a estos chabolistas, a medio edificar, llevan paralizadas desde entonces por la suspensión de pagos de la constructora y la falta de acuerdo institucional. El ambiente de este núcleo está muy deteriorado por el intenso trapicheo de droga.

7 Los Berrocales (San Fernando de Henares). Dos centenares de inmigrantes portugueses gitanos malviven desde hace más de cuatro años en 26 chabolas situadas en el acceso a la urbanización Los Berrocales, en San Fernando de Henares (26.012 habitantes), informa Javier Barrio. Aún esperan ver cumplidas las promesas de realojamiento en prefabricados que les hicieron diversas administraciones públicas en diciembre de 1989, cuando el desbordamiento del río Jarama arrasó sus chabolas. Problemas jurídicos han obligado al consistorio a cambiar la ubicación inicial de los prefabricados. Ahora, los responsables municipales aseguran que pronto podrán cambiar la chabola por una vivienda.

8 Los Focos (San Blas-Vicálvaro). Tenía que haberse desmontado a finales de 1987. Desde entonces, las declaraciones sobre el futuro de este asentamiento de 268 familias son innumerables. No en vano en la zona está previsto construir 9.000 viviendas. Sus habitantes viven rodeados por un muro de hormigón levantado por los constructores con intereses en estos terrenos. Es considerado uno de los puntos negros de venta de droga. Además de las chabolas censadas existe otro centenar de chamizos ¡legales, a pesar del dinero invertido en derribos en los últimos años. Está previsto trasladar a 100 familias a un nuevo poblado en terrenos de la Cañada Real, en Vallecas Villa.

9 Peña Grande (Fuencarral). Los pobladores de sus 207 chabolas son inmigrantes magrebíes. El asentamiento estorba para concluir un colector de aguas residuales necesario en la zona. Las instituciones se comprometieron a realojar a las primeras 60 familias para junio de 1993 en pisos de alquiler públicos y privados con aval oficial. Pero no han cumplido su promesa. El último acuerdo, no divulgado de forma explícita, consiste en trasladar a estas personas a un solar situado en el vértice de Fuencarral, junto a la N-1 (Madrid-Burgos). Pero falta definir quien urbanizará la zona, quién pagará los sankis (prefabricados) y cómo se solventará el aislamiento para evitar que se consolide un gueto.

Otros asentarnientos. Modulares de la avenida de Guadalajara (San Blas). Es un poblado de prefabricados, no de chabolas, habitado por 217 familias. Los módulos fueron construidos en 1981 por el Ministerio de la Vivienda, con carácter provisional. Y allí siguen. Deben desaparecer, al igual que Los Focos, para edificar pisos.

Otros campamentos de prefabricados, como el Cerro de las Liebres, en Fuencarral, o Torregrosa, en Usera, se construyeron también de forma temporal. Pero permanecen en los mismos enclaves.

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