_
_
_
_

Un "comando" integrista asesina en Argel a un periodista francés y hiere a otro australiano

El periodista francés Olivier Quémener, de 34 años, fue asesinado ayer por un comando integrista en la alcazaba de Argel. En el mismo atentado sufrió heridas graves White Scott Allane, de 35 años, australiano, quien trabajaba con la víctima en una producción televisiva. Fuentes de la cadena de televisión norteamericana ABC desmintieron que, como se informó inicialmente, Quémener trabajase para ella en Argel, aunque admitieron que se le apoyó en su demanda de visado. Éste es el primer atentado contra la prensa internacional desde que se inició la oleada de violencia, hace más de dos años, y sucede justo después de que el Gobierno anunciara su nueva política de diálogo hacia el Frente Islámico de Salvación (FIS).

Los dos periodistas se encontraban trabajando en Argelia desde hace varios días, junto con un grupo de 150 enviados especiales, venidos de todo el mundo, invitados por el Gobierno argelino para asistir a la Conferencia Nacional para el Diálogo -que acabó con un estrepitoso fracaso al retirarse de las sesiones las principales fuerzas políticas-, y la toma de posesión del nuevo presidente de la República.El atentado contra los dos reporteros se ha producido en lo alto de la colina de la alcazaba de Argel, muy cerca del Ministerio de Defensa y de la prisión de Serkayi, o Barbarroja, donde se encuentran internados diversos dirigentes integristas islámicos.

Al parecer, unos desconocidos se acercaron a los periodistas y dispararon sus pistolas contra sus cabezas. Los asaltantes emprendieron de inmediato la huida hacia el interior de la ciudadela y se perdieron por los vericuetos que trazan el corazón del viejo Argel. Francia expresó ayer su dolor e indignación por el asesinato del periodista. El Ministerio de Asuntos Exteriores francés condenó "este odioso acto".

La organización Reporteros sin Fronteras expresó desde París su horror por el asesinato, que "recuerda cruelmente que los periodistas siguen siendo un blanco privilegiado para los terroristas argelinos".

Ultimátum islámico

El ataque coincide con la expiración del ultimátum dictado por el Consejo Superior de las Fuerzas Armadas Islámicas para que las delegaciones extranjeras cerraran sus puertas y dejaran de apoyar al régimen argelino.El ultimátum del grupo integrista fue difundido desde Alemania y Francia y en él se anunciaban medidas de represalia contra las embajadas y sus intereses a partir del primer día de febrero. Pero al mismo tiempo este atentado es la respuesta inmediata y habitual que se registra en Argelia cada vez que el régimen pretende abordar la reconciliación nacional o se adoptan medidas de gracia con respecto a los integristas.

Conocer lo que pasa fuera, es entender lo que pasará dentro, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

En medios diplomáticos se recalca esta coincidencia y se asegura que se trata de una provocación para hacer fracasar la nueva política de diálogo anunciada el lunes por el general Liamin Zerual, en su toma de posesión como nuevo presidente del Estado. En la contabilidad macabra, que se lleva con dolor en Argelia desde hace más de dos años, se han registrado ya 28 asesinatos de ciudadanos extranjeros, de los que 5 son de nacionalidad francesa. En esta misma contabilidad se constata la muerte de 9 periodistas, 8 de ellos locales. Todo ello sin contar el gran número de amenazas de todo tipo, que culminaron ayer con una alerta general difundida entre los corresponsales de prensa acreditados en Argel, según la cual se había producido una nueva y seria amenaza contra algunos periodistas residentes en la capital argelina.

El "bunker" del Saint George

Este último atentado se ha producido a pesar de las importantes medidas policiales adoptadas por las autoridades para asegurar la integridad de los enviados especiales. Este despliegue de las fuerzas de seguridad ha tenido como epicentro el hotel Saint George, donde los dos periodistas atacados se alojaban, al igual que la mayoría de sus compañeros. El establecimiento es desde hace dos semanas un verdadero búnker. Paradójicamente, el Saint George ha recobrado el aspecto que debía tener durante la Segunda Guerra Mundial, cuando, con ocasión de la campaña del norte de África, se convirtió en sede del Estado Mayor del Ejército Aliado y sirvió de residencia de Winston Churchil y Dwight Eisenhower.Estas medidas de precaución y de seguridad no garantizan sin embargo, como quedó demostrado ayer, la protección de los periodistas en sus desplazamientos individuales por la región y mucho menos cuando se trata de entrar en la alcazaba de Argel, una zona conflictiva y peligrosa para la comunidad internacional e incluso para muchos argelinos. La alcazaba es desde hace varios meses un verdadero feudo del integrismo islámico, desde donde han salido en ocasiones los comandos para perpetrar operaciones en sus alrededores.

En las últimas horas y como consecuencia del nuevo ultimátum integrista y del temor de una respuesta violenta a la oferta de diálogo del Gobierno, las autor¡dades diplomáticas habían renovado y reforzado las medidas de seguridad.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_