Hosokawa negocia a la baja con el PLD las reformas anticorrupción en Japón

El primer ministro japonés, Morihiro Hosokawa, debilitado por la derrota de hace una semana en el Senado, negoció a la baja con el opositor Partido Liberal Democrático (PLD) y acabó cediendo anoche en aspectos fundamentales de un paquete de cuatro proyectos legislativos destinados a combatir la corrupción política y el fraude electoral que motivaron la mayoría de los escándalos nipones, desde la posguerra.

El compromiso, impreciso en algunos de sus apartados, deberá ser abordado hoy por un comité conjunto de las dos Cámaras y someterse después a una votación en plenario. La corrupción institucionalizada, que se batía en retirada ante el inicial empuje renovador de la nueva coalición gubernamental japonesa, abrió así una brecha en las defensas del Ejecutivo.Hosokawa, en contra de la prohibición inicial, aceptó que las empresas puedan entregar una determinada cantidad de dinero a los políticos individualmente, y rebajó sus primeras exigencias en cuanto a cambios en el marco electoral. Varios diputados socialistas, la fuerza más importante entre las siete de la coalición, denunciaron inmeditamente el acuerdo como claudicante, al estimar que aunque la cantidad permitida no es de mucha cuantía, franquea el paso a las mismas trampas utilizadas durante el mandato de las administraciones liberales.

El jefe de Gobierno y Yohei Kono, presidente del PLD, formación en el poder durante 38 años consecutivos gracias a los mismos vicios que pretende mantener a toda costa, debatieron el plan de reformas hasta últimas. horas de la noche, intentando desesperadamente llegar a un compromiso que atajase la creciente inestabilidad política nacional. El Parlamento concluye este medianoche su período anual de sesiones, y los políticos comprometidos en el acuerdo confían en poder convertirlo en ley pese a las previsibles rebeliones.

Los primeros análisis parecen indicar que el primer ministro ha cedido bastante más que los liberales, reacios a cualquier cambio que amenace su situación de ventaja. Hosokawa aceptó las demandas de Kono de que 300 de los 500 diputados de la nueva Cámara Baja, la más importante, sean elegidos por votación directa a candidatos, en la que el PLD lleva clara ventaja porque tiene más dinero, y 200 por representación proporcional en votación a listas de partidos, una modalidad que equilibra un poco más el voto urbano al rural y ayuda a los partidos pequeños.

Aunque la coalición ha podido salvar cambios importantes en los cuatro proyectos legislativos, el PLD conservará margen de maniobra y palancas suficientes como para asegurarse un buen número de diputados en todas las consultas y aspirar al gobierno con grandes posibilidades.

El dinero que puede conseguir cada político por su cuenta continuará siendo importante, pese al fondo estatal de 30.900 millones de yenes -unos 40.000 millones de pesetas- habilitado por la reforma. Pero el PLD también debe atender sus extremos. El conservadurismo más inmovilista de esta formación puede votar hoy contra el plan revisado, sumarse al descontento socialista y poner en peligro la votación. Poco antes de que se anunciase el compromiso entre Hosokawa y Kono, el Ministro para la Reforma Política, Sasdao Yamahana, reconocía que el Gobierno había tenido que ceder: "Quizá no estamos satisfechos al 100%, pero hace falta seguir adelante y tratar de cumplir con las expectaciones de la opinión pública".