La economía de Estados Unidos creció un espectacular 5,9% el último trimestre de 1993
La economía norteamericana encara 1.994, no sólo en buenas condiciones, sino con una salud casi exultante: el Producto Nacional Bruto del año pasado alcanzó la cifra del 2,9%, según los datos facilitados ayer por el Departamento de Comercio. Pero más importante que eso es el hecho de que durante el último trimestre de 1993 el ritmo de crecimiento fue del 5,9%, bastante por encima de todas las expectativas barajadas hasta ahora. Los economistas destacan aún más que ese crecimiento se ha producido sin inflación y con reducción del gasto público.
El aumento del PNB entre los meses de octubre y diciembre supone el más rápido avance experimentado por la economía norteamericana en los últimos seis anos. El año 1993 en su conjunto es el mejor desde el punto de vista económico para este país desde 1988. Con estas cifras se disipan las dudas que había despertado entre los observadores la débil revitalización de los primeros seis meses del año anterior, y se anticipan también índices de crecimiento en torno al 3,5% para el primer semestre de 1994.
Más consumo e inversión
Las razones para el espectacular salto del último trimestre hay que buscarlas en la bonanza que afecta prácticamente a todos los apartados económicos: fuerte incremente del consumo, nuevas inversiones en equipos de producción, boom inmobiliario y notable aumento de la ventas de automóviles.
Aunque hasta ahora el crecimiento no se ha visto reflejado suficientemente en la cifra de desempleo -pese a que éste cayó el año pasado más de un punto, de 7,8% hasta el 6,4%-, los expertos creen que el primer semestre de 1994 se pueden producir cifras récords de creación de puestos de trabajo.
Las autoridades económicas advierten, sin embargo, que Estados Unidos no podrá mantener el actual ritmo de su economía si no se resuelven las crisis en Europa y Japón, y se produce, como consecuencia, una recuperación de los mercados exteriores.
El Gobierno confía en que el acuerdo en la Ronda Uruguay, el Tratado de Libre Comercio con México y Canadá y la nueva aproximación a los países asiáticos empezarán a lo largo de este año a afectar positivamente a la marcha de la economía mundial.
Lo más novedoso del actual escenario económico norteamericano es que su buen momento se produce, por primera vez en tres décadas,, sin recurrir a la reducción de impuestos (Bill Clinton ha hecho más bien lo contrario), sin aumento del gasto público (también en esto el Gobierno de Clinton está consiguiendo lo contrario) y con una inflación que se mantiene ligeramente por debajo del 3%.
El éxito económico de principios de los ochenta (la reaganomic) fue atribuido a los estímulos fiscales. El actual éxito obedece a una combinación de bajos intereses y un incremento de la confianza del consumidor provocado en parte por el cambio de Gobierno ocurrido en, enero de 1993. Todavía hay muchos expertos que aseguran que la recuperación económica, que se empezó a notar a finales de 1992, se ha producido independientemente de la política de la actual Administración. De hecho, la pretensión de Clinton de aplicar un plan de inversión pública en infraestructura para acelerar la creación de empleo, nunca fue aplicado porque lo impidió el Congreso. Pero sí es cierto que el Gobierno demócrata está empezando a convencer a los ciudadanos de su firme decisión de reducir el déficit público, y eso, junto a la insistencia en mantener bajos los tipos de interés, ha tenido el efecto que hoy se aprecia.
Compra del Continental
[El banco estadounidense BankAmerica Corporation ha anunciado la compra de Continental Bank Corp., en una transacción valorada en 1.900 millones de dólares (273.000 millones de pesetas). Con esta operación, sujeta a la aprobación de los reguladores estadounidenses, BankAmerica prácticamente igualará a Citicorp como primer grupo bancario de Estados Unidos, informa Efe.
BankArnerica, con sede en San Francisco, dijo que comprará Continental por 939 millones de dólares en efectivo y 21,25 millones de acciones propias.]
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