Los frutos del 14-D
La huelga del 14 de diciembre de 1988, celebrada en un momento de despegue económico sin precedentes, paralizó el país. UGT y CC OO la convocaron para forzar al Gobierno a retirar el que se denominó Plan de Empleo Juvenil y a negociar la que bautizaron como Plataforma Sindical Prioritaria.El éxito de la protesta, que sorprendió incluso a los convocantes, obligó a ceder al Gobierno. En el cesto sindical, tras un largo tira y afloja con el Ejecutivo, cayeron frutos jugosos. Las pensiones se incrementaron significativamente: entre el 7% y el 38,32%, según los casos; jubilados y funcionarios lograron, además, una cláusula de revisión, por si los precios se incrementaban por encima de las previsiones.
Para los funcionarios, el 14-D significó también el logro de una antigua aspiración, la negociación colectiva, amén de un incremento de su masa salarial del 2,55% en concepto de pago de la deuda social contraída con el colectivo por desvíos pasados. Mejoraron también las prestaciones no contributivas y las ayudas familiares, para las rentas inferiores a un millón de pesetas. En dinero, los logros se cuantificaron en enero del 90 -pendiente la subida para funcionarios y otros flecos- en cerca de 400.000 millones.