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Valenciana, el primer revés de Conde

La familia Serratosa, que ha controlado a través de dos generaciones Valenciana de Cementos (el 28% de la producción cementera española), asestó en 1989 el primer gran revés en la trayectoria de Mario Conde, entonces flamante presidente de Banesto. Esta primera grieta en lo que era un proyecto de corporación supuso perder el control de la mitad del grupo cementero y debilitar las cifras del proyecto industrial.Todo comenzó en noviembre de 1989, cuando los Serratosa -con apoyo de la familia Garnica, ya fuera de Banesto por enfrentarse con Conde- deciden vender el 13,5% de Valenciana al grupo noruego Aker, también accionista de la cementera. La operación supone un torpedo en la línea de flotación del proyecto de Conde de crear una corporación industrial que tomaría el control del primer grupo cementero de España. Los Serratosa se enfrentan a Conde y la disputa por el control de la empresa llega a los tribunales.

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Pero el grupo Valenciana lo componen siete cementeras con un puzzle de participaciones tan cruzadas que deja perplejos hasta a los mismos expertos jurídicos encargados de deshacer la madeja.

Mientras esto ocurría en Valenciana, la cabecera del grupo, salta otra batalla en Sanson, la segunda en importancia. Los. equipos jurídicos de Conde y los Serratosa juegan al ratón y al gato para ver quién engaña a la otra parte. Las filigranas jurídicas no logran desatascar el embrollo y, al final, los Serratosa y Conde optan por un reparto negociado y salomónico en marzo de 1990.

Los Serratosa se quedan con Valenciana y salen del capital, del Español de Crédito, donde tenían el 1,5% de las acciones.

Banesto ingresa por el 31% de Valenciana 61.000 millones de pesetas. Además, se queda con el 50% de la producción (cuatro de las siete empresas y aglutina un grupo cementero en torno a Sanson).

Así pues, la familia valenciana controla un grupo compuesto por tres empresas (Valenciana, Cementos del Atlántico, Cementos del Mar), y Banesto se queda con Sanson, Cementos de las Islas, Cementos Especiales, Portland Iberia y Portland Morata.

A partir de ahí, los caminos entre las dos mitades del primer grupo cementero siguen vidas paralelas para terminar dos años después en las mismas manos: Cemex, uno de los grandes grupos cementeros mundiales que dirige la familia Zámbrano, de México. En julio de 1992, Cemex alcanza un acuerdo con la familia Serratosa para comprar el 100% de Valenciana de Cementos. El desembolso asciende a 130.000 millones de- pesetas y supone la principal decisión estratégica de Cemex en el transcurso de los últimos años.

Tres meses después, al grupo cementero mexicano se le ofrece comprar el grupo Sanson, complementario de Valenciana y por el que Conde pretende conseguir nuevos recursos para apuntalar el banco. El acuerdo se cierra en 50.000 millones de pesetas, tras una compleja operación marca de la casa, al depositar Banesto las acciones en una instrumental en Luxemburgo durante unas semanas.

En total, Cemex desembolsa 180.000 millones de pesetas en la mayor operación de compra industrial de un grupo extranjero en España. Los planes de Cemex son los de unir de nuevo el grupo cementero que controlael 28% del total de la producción cementera española.

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