El debate sobre el Estado del bienestar

Dice el señor Oriol Ávila i Montesó en su reciente escrito que hemos de buscar y conquistar la dignidad en el Estado del bienestar, Dignidad y ética añado yo.Ante su confirmación de la situación crítica del actual modelo económico, propone juiciosamente un sistema en que las empresas participen más activamente en la cobertura de los costes sociales.

Sin embargo, opino yo que la realidad de los hechos no debería hacernos acudir al auxilio de los agentes económicos privados -que ya existen en países como Italia y España-, sino que verdaderamente tendría que producirse una reorientación y reestructuración no sólo de la política económica y social española, sino de todo el sistema político español, entendido en sentido amplio. Cuanto más, con nuestros convergentes compromisos europeos.

Y ello, y de ahí este tremendismo, porque el denominado Estado del bienestar, el que comenzó siendo de corte keynesiano, ha ido cubriendo progresivamente mayores áreas de las actividades humanas (la social, económica, sanitaria, medioambiental, etcétera). En conclusión, desde mi perspectiva, tenemos aún pendiente la liason entre la sociedad industrializada y la protección social, en otras palabras, en equilibrar en su punto justo la política económica española y la política social; pero recuerde que el único árbitro es el propio Estado.

¡No vayamos a otros diseños modernos para los que no estamos preparados! Puesto 'que sólo quienes configuramos y participamos en éste, con mayor o menor actuación, podemos, con pleno derecho' y deber, reorientarlo.

Pero, eso sí, éticamente. ¡Justamente!-